Dandys, freaks y personalidades en tránsito. Construcción de la Identidad en la esfera de la Artes Visuales  
  Invitados: Fernando Noy - Carlos Casella - Cecilia Palmeiro  
 






El 19 de junio de 2014 la revista de arte contemporáneo Sauna junto a la Fundación OSDE organizaron un encuentro que abrió el ciclo Conversaciones en el Sauna.
La edición fue dedicada a “Dandys,freaks y personalidades en tránsito. Construcción de la identidad en la esfera de las artes visuales”.
Aquí va algo de lo hablado ese día.
 



Juan Batalla – Sauna asume una forma más líquida, reaparece. No virtualmente, no a través de textos, sino a través de algunas reuniones que hemos programado para esta segunda etapa del año. Nos hacemos cuerpo, y por eso toma un sentido también lo de hablar de cuerpos en relación al arte de hoy.
Tenemos invitados, como tendremos también en los próximos encuentros. Así es que están… ¡Fernando Noy! (llegó 22 minutos después).

MSDansey - ¿Presente, ausente? La ausencia es la más fuerte de las presencias.

JB - Luego Carlos Casella, que es cantante, actor, coreógrafo, un todo terreno o inclasificable, y ahí radica un fuerte atractivo para haberlo invitado.
Mientras que Cecilia Palmeiro es teórica de literatura contemporánea. Enseña, escribe, y publicó un libro súper interesante el año pasado, Desbunde y felicidad. Ahora prepara otro acerca de la correspondencia de Perlongher.
Y claro, estamos los que hacemos Sauna: Mariano Soto, Dany Barreto, Charlie Goz, Guido Ignatti y Marcelo Sánchez Dansey.
El próximo tiempo será uno de vernos las caras, y esto tendrá su correlato en nuestra web. En ella procesaremos de algún modo algo del material que surja de los encuentros. Y, tras esta pausa de meses que nos hemos tomado, la web asumirá ahora un formato discontinuo. Ya no habrá números mensuales y subiremos material cuando nos parezca que vale la pena.

MSD - Bueno, uno de los objetivos de estos encuentros es participar a figuras que están por afuera del campo del arte, o no lo están específicamente, para tratar problemáticas que se generan, sí, en el campo del arte. Hace poco Pola Oloixarac hablaba de que todas las teorías de la muerte de la novela, de la muerte del arte, los distintos cuellos de botella evidentes en distintas disciplinas, eclosionaron en el arte contemporáneo, que es la más abierta de todas. Una idea que podemos empezar a debatir en este momento.
En Sauna, como grupo de discusión nuestro, semiprivado, semipúblico, que terminó convirtiéndose en una revista, uno de los temas que siempre hablamos fue este de la personalidad y la identidad pública que uno genera como estrategia artística, social e incluso comercial.
Hay una frase de Roberto Jacoby con la que siempre estoy dialogando, en distintas situaciones me vuelve esto y lo vuelvo a leer, y a veces estoy a favor y a veces estoy en contra. Me parece un buen punto de partida. Dice: "El futuro del arte se liga no a la creación de obras, sino a la definición de nuevos conceptos de vida. Y el artista se convierte en el propagandista de estos conceptos. El arte no tiene ninguna importancia. Es la vida la que cuenta…" Sigue la frase, pero me quedaría aquí, con esto de que el arte no tiene importancia y es la vida la que cuenta. O como dice en su historia del arte Gombrich: no existe el arte, existen los artistas. Entonces se trataría de pensar si un artista puede existir solamente como personalidad más allá de la obra. Si la obra puede ser la persona o la obra un souvenir. O si acaso puede darse la obra de arte total.

Casella - Resumidamente, preguntarse si los recortes de una vida pueden ser una obra de arte.

Cristina Civale - Lo que pasa es que media el concepto de representación. En tanto esta exista, el arte va a emitir de una manera en particular, con lo cual entramos de cabeza a hablar de cómo el arte se representa.

Casella - La idea de representación supone presentar algo que está ausente. Lo que no está vuelve a ser traído a la presencia. Ciertas discusiones del arte contemporáneo tienen que ver con abolir la idea de representación, conque el arte trate directamente sobre lo real. Por ejemplo, Marina Abramovic. La obra es ella sentada. Y es la presencia de lo real.

MSD - Últimamente, Abramovic fue más lejos aun que en la obra del MOMA en la que estaba sentada. En la Serpentine Gallery está presentándose ella sola.

Civale - Pero ¿es la Marina Abramovic que va al supermercado y que duerme en su cama la que se planta sola en una galería? Siempre hay una mediación. No es que esté afuera, es parte de la vida, pero es una manera de plantearlo como algo diferente de otras acciones de la vida cotidiana. En el medio está la brecha del arte, toda esta cosa alejada de lo cotidiano.

Casella - Nunca vamos a saber si Marina Abramovic es las 24 horas así.

Civale - Pero si se presenta en una galería, ¿será porque eso es arte o porque es Marina Abramovic?

Casella - A mí me hace ruido la separación entre vida y arte. Porque el artista que trabaja en arte, sea en la escena o en lo que sea, está tan metido y empapado que ¿dónde está el límite?¿cuál es el límite o el pasaje entre la angustia y la alegría que se siente al hacer arte?

Civale - A mí me parece que al cartero le pasa lo mismo que al artista. Es un trabajo.

MSD - Hay instancias. Hay una pública y otra privada, que abarca a todos, incluso al cartero. Y vos decías algo acerca de la angustia. A propósito del dandy, a propósito del spleen, y esta suerte de angustia que aparece en esta brecha que se da entre la vida pública y la privada. Me interesa, Carlos, tu opinión.

Casella - Esta idea como de separar la obra… yo veo que la obra y la vida están embarradas la una de la otra. No se puede ser un recorte sin tu obra.

Cecilia Palmeiro - Algo interesante es que los artistas no son artistas todo el tiempo. Si el acto no está señalado, me parece que no es arte. Sería arte para vos en la intimidad pero nada más.

Civale - Quiero preguntarle a Cecilia cómo relaciona el arte con el trabajo. Se habla de iluminación. Yo no creo en la iluminación.

MSD - Bueno, Cecilia está trabajando con cartas -la correspondencia de Perlongher- y las cartas tienen una instancia semiprivada. Entonces ¿cómo es esa articulación?

Palmeiro - Bueno, como decía Jackie (Ludueña), hay una cosa de la obra que por más que sea parte de la vida real, por ejemplo la vida de Marina Abramovic, desde el momento que ella entra al museo se pone un marco y se separa lo que es arte de lo que no. De todas maneras puede haber practicas de la vida de uno que sean creativas y artísticas, sin pertenecer a la institución arte. En el caso de las cartas está bueno porque es como un ensayo vital de algo que después se va a producir dentro del marco de la historia de la literatura. Pero la diferencia entre, qué sé yo, una novela y un blog, tiene que ver con la crítica, el mercado… instituciones…

MSD - Pero ¿hay otro Perlongher? ¿vos ves otro Perlongher en las cartas? ¿tienen otro tono?

Palmeiro - Yo creo que no, veo una especie de continuidad. Porque todo lo que hacía, al estilo de la frase de Jacoby, todo el arte y literatura que él hacía tendía a la modificación de la vida. Hay una relación que plantea como inmediata entre la poesía y la vida: vivir poéticamente. Creo que el reto para el arte contemporáneo sería vivir artísticamente. ¿Para qué está el arte fuera del mercado, fuera de la cosa institucional? Para que pase algo. Yo estoy de acuerdo con Jacoby, el arte en sí mismo no tiene un sentido si no es que va a producir algo creativo, algo divertido… no quiero decir algo en sentido moderno, la novedad como el bastión más importante, pero algo que transforme la vida en un sentido más feliz. Y en este momento, incluso la teoría de la crítica está trabajando con la idea del adelgazamiento de la obra. Buscar el efecto más que la obra misma, sería lo contrario que la reacción del arte por el arte o el arte autónomo. Buscar un arte que produzca un efecto, y que para producir ese efecto, digamos para que haya una relación inmediata en la transformación del arte y la vida, tiene también que existir. En realidad no es tan importante como ingresa la vida al arte, si no como el arte ingresa a la vida. Qué impacto va a tener el arte en la vida y no qué tipo de representación va a tener la vida en el arte.

MSD - Ahora, también ahí se empieza a diluir la institución, ¿o no?

Palmeiro – No, porque la institución tiene que ver con un mercado también, el mercado del arte es un aparato económico mayor que el de la literatura, por ejemplo. El mercado es la clave de la institución.

Civale - Pero la institución además legitima qué es arte y qué no.

Palmeiro - Sí, funciona así la institución. Si yo me pongo en pelotas acá es cualquier cosa, pero si viene Fernanda Laguna y se pone en bolas es una performance. Si yo escribo un blog, ese blog es x, si Salman Rushdie escribe un blog, va captar a todo el mundo y es una obra de arte. Eso tiene que ver con la personalidad como garante de la obra.

Civale - Es una marca también.

Palmeiro - La personalidad artística es tanto una marca que hace al talento mercantil de la obra, como también el espacio donde el artista ensaya modos de vida creativos. Una buena obra de arte no tiene que ver con su valor de mercado, si no con su valor de uso, que sería lo que provoca en el espectador esa obra. La literatura que a mí me gusta es la que leo y me dan ganas de vivir, de escribir.

MSD - Hoy hablábamos con Carlos Casella del caso Capote ¿querés contarlo?

Casella - Después de escribir "A sangre fría", obra que superó todo y lo puso muy arriba, se esperaba que Capote sacara algo también descollante, que rompiera todo. Y él no tenía nada. Entonces lo que hizo fue crear un rumor sobre algo que supuestamente estaba escribiendo, empezar a comentar y así darle vida a algo que no existía. Para la gente era como si ya existiera ese libro. Él psicotizó a todo el mundo con que iba a sacar las memorias de las fiestas, los rumores de sus amigos, las frases, fue complicado para él pero logró que se siguiera hablando de él sin tener una obra, solo amenazando con que la tenía oculta y la estaba trabajando.

Palmeiro – Bueno, la obra puede ser solo un rumor.

MSD - ¡Un aplauso para Fernando Noy! (llega Noy 22 minutos después de comenzada la conversación).

Fernando Noy – ¡Hola, discúlpenme! ¡Vine corriendo! No fue nada premeditada mi llegada tarde, miren como estoy temblando, parezco Danton después de la revolución.

Casella - Retomando lo que decíamos de Capote, él ya existía, ya tenía una obra. El ejemplo sirve para alguien que pudiera empezar desde ahí…

Palmeiro - Está el caso de Walsh también, más o menos en la misma época inventan el género no ficción. Y a Walsh, al contrario, lo dispara a convertirse en uno de los mejores escritores de la literatura americana.

Noy - Ficción documental justamente es el término que por suerte une vida y sueño, ¿no? y nos lleva hacia una tercera dimensión que es la creatividad de la diversidad y los distintos… en realidad hay demasiadas especificaciones y catalogaciones. Como si el cuerpo no pudiera ser también una simple residencia, una mediunidad en trance, en tránsito digamos, de cualquier civilización, de cualquier área, de la literatura, de cualquier otra posible profana área, que no tiene nombre. Especialidades todavía por nacer, y esas especializaciones que nos tienen que sacar de algún modo del gay-to, como yo le decía recién a Liliana Viola. La cosa del gay-to nos está delimitando y limitando, y eliminando esa posibilidad humanística de la pluralidad, del caleidoscopio sumergido en la hermosa insolencia de existir.

MSD - ¿Cómo es eso del gay-to?

Noy - Juego mucho con la palabra “gay” porque la detesto… Estoy haciendo el strip tease de Rita la Salvaje (se saca el abrigo y bufandas). Con Batato, cómplice, sagrado, nos decíamos simplemente “puto”. Ya no nos dolía la palabra como en un comienzo. Éramos simplemente practicantes de una nueva obvia posibilidad, la de adoptarte a ti mismo y liberarte, en todo sentido. Y vinieron tantos rótulos más. Por eso lo de los gays lo digo como una joda siempre, porque uno con la palabra gay: como la gay-estapo, cuando la policía nos reprimía, los gay-sicidas, que también pueden ser los propios gays gaysicidas entre sí. Por ejemplo, el caso de alguien que porque no estaba bien vestido el otro trolo lo discriminó. Todo puede ocurrir, en cualquier dimensión de lo humano, no es necesario que la humanidad se repliegue y se encierre en una especie de status, porque sea de una manera u otra, creo que ese el gay-to del que yo quiero huir. El gay como un detalle, no como una definición absurda, no como un contingente inexpugnable.

MSD - A propósito de la teoría queer, de la construcción de la identidad en tránsito, de la construcción de todos, es que categorías como el dandy o el freak en realidad fueron comidas por esta teoría. O como decía RuPaul: "Nacemos desnudos, todo lo que sigue es drag". Después de Boy George, después de Michael Jackson, hoy cuando ves un chico vestido con un pantalón de hombre, con una cartera de señora y una gorrita de basquetbolista, se convierte en un especie de constructo, dispara en todas direcciones y pasa a ser simplemente un humano.

Noy – Claro, un dandismo. Cuyo origen está en lo frívolo, en algo demonizado que no tiene porque ser temible. Lo frívolo tomado como tal, como desprecio, también puede ser candente, puede ser maravilloso, puede ser un transito hasta sagrado. Entonces el dandismo que incluye y venera estas raíces, estos pactos, al mismo tiempo no es simplemente algo frío, innominable, porque puede ser un gesto poético, de pachtwork, de caleidoscopio donde cada cual puede hoy hacer lo que quiera. Nos costó mucho, a mí me costó mucho y no me quiero sentir la mártir Jeanne D´Arc, pero nos costó mucho seguir con el pelo largo, mientras me lo cortaban ver caer los rulos y después esperar dos o tres meses para volver a ser Lucia Bosé.
Estaba en Paris sentado en un bar, un boliche cualunque, sentada la loca porque soy tan alta, con el pelo largo y anteojos negros y yo veía que muchos españoles me decían: “ Lucía, Lucía" Yo decía ¿qué es esto? Me había fumado un porro así de largo, de hachís tan tremendamente exquisito que yo estaba divina, me veía reflejada en la copa del champán. Y una señora se acerca y me dice: "Lucía ¿puede usted firmarme?" Y yo no sabía a quién se refería hasta que me dijo: “Lucia Bosè es usted, ¿no?”. “Ah sí, sí, soy yo”. (Risas)
Y dos veces me pasó. Yo lo cuento como algo muy filosófico.
Otra vez grabando con Polaco, tenía que hacer una escena muy grosa con Isabel Sarli, donde yo lloraba porque ella se iba en el barco. Yo estaba con minifalda y de peluca negra al estilo Cristina Civale, estilo Betty Boop. La Polaco me trajo un cortejo de trolas alrededor que me distraían y yo le dije “mirá, me voy ahí a la esquina para tomarme un whisky”. Había que filmar justo cuando el sol caía y yo tenía que llorar. Entonces me quedé ahí en la esquina sentadito, la minifalda, anteojos negros. Pasa un chiquillo, se acerca y me dice: “¿Me puede firmar un autógrafo?” “Mirá pibe, yo no soy Isabel Sarli”. “No, lo que pasa es que mi mamá y mi abuela están ahí enfrente y la saludan porque me pusieron el nombre de su hijo, Juan Cruz” ¡Me habían confundido con Graciela Borges! Y entonces le puse: Con todo el amor.. Mi querido.. (Risas)
De pronto podemos irrumpir en otras dimensiones que no son las propias sino las amadas. Todo está para habitar, puede y debe ser plural la opción.

Palmeiro - Esto que dice Fernando es interesante, porque se supone que el montaje o el look o ser un dandy sea algo frío en oposición a algo esencial. Como si uno obtuviera una esencia inmutable, profunda y todo lo demás fuera una cosa circunstancial, cuando no: uno se construye todos días, uno es también su propio montaje. El montaje es el deseo puesto en el cuerpo.
Hay una escena divina de Todo sobre mi madre donde la travesti Agrado dice: “Qué hay más auténtico que vestirse con su deseo”. No puede haber algo más auténtico que ponerte lo que a vos te gusta y te hace ser lo que sos.
En el caso de las travestis, el montaje, el gire, los chistes en la calle; eso es parte fundamental de la identidad. No es solamente una condición social, es el lugar donde se transforma eso que uno es. Uno no es nada, uno hace.

MSD - De todos modos la idea de decencia (con la que personalmente estoy todo el tiempo luchando) es fuerte, y pareciera que existe una esencia. Y a través de los años intenté ser lo más antiesencialista posible. Me pasó con una amiga travesti que se puso muy loca cuando le hablé de identidades trans junto a freaks y a dandis, sosteniendo que ella era esencialmente mujer y no quería entrar en esa cuestión de la construcción. Ahí es como que la serpiente se muerde la cola.

Noy - ¡Exacto! El devenir de lo poético es lo que uno tiene que incorporar y así liberarse. Podemos habitar, vivir y simplemente ser metamorfosis ambulantes puestas en el mundo.

MSD - Pienso en Marisa Rubio. Es artista visual y su obra es la encarnación de personalidades paralelas: siete personas/personajes. Cada día saca a andar uno. Cumplen con su trabajo, tienen su páginas de facebook y un círculo social que cree en ellas, esa es la parte más rara de la cuestión. Hasta van al psicoanalista.

Marisa Rubio – Sería así: Naranja es una chica que quiere ser actriz y para ello desarrolla su propia teoría de la actuación. No se inscribe en el teatro y no precisa de un público. La gente del mundo es su público, pero nadie sabe que está actuando. Ella desarrolla ejercicios complejos que son otras personalidades. Ahí aparece Helena, profesora de dibujos de mandalas; da clases, hace muestras, da diplomas. La llaman para dar cursos en distintas provincias.
Después hay otro personaje que se divide en dos y se llama Clara. En un momento es rubia de ojos celestes, en otros una pelirroja. Ella se psicoanaliza y arma su biografía y su personalidad con el psicoanalista, que son dos. Cada una interpreta la sesión de la otra como si fuera un guión y el psicoanalista es el que crea y arma cada personalidad.
Casella - ¿Pero ellos tienen sus relaciones?

Civale - La pregunta es: ¿cojen? (Risas)

Rubio - Cada uno tiene su vida intima, construyen este imaginario virtualmente.

MSD - Cuando uno lanza a rodar una nueva personalidad que nutre a la original, ¿qué le pasa? Porque uno se encuentra haciendo cosas que no hubiera hecho, y esa experiencia sin duda enriquece y abre un campo.

Civale - A mí lo que me sucede es que me impresiona lo que le pasa a los otros, que crean todo lo que digo.

Rubio - Yo quería aclarar que los personajes de mi obra no son heterónomos. Son creaciones de este personaje Naranja, que es mi creación.

Casella - Te distanciás de esa obra, prestás tu cuerpo. Me intriga lo que se arma alrededor, lo que fundan los personajes, los vínculos. Alguien se puede enamorar de ellos.

MSD - ¿Hay fraude en esta situación?

Noy - No, para nada. Setenta veces siete serás perdonado, y setenta veces siete serás habitado por tu propia posibilidad de encarnar. Yo he tenido amantes con los que me llamé diferente para no mezclar los placeres: Fui Elizabeth, Juana, etc. Todo eso es ínfimo respecto al juego de habitar tu genitalidad hasta el arte, desde el arte y por el arte. Entonces si te la creés, le das vida a esas multiplicidades. En mi caso seguí dibujando un sueño, que no era tal, sino una pesadilla en realidad. Y cada uno tiene esa posibilidad de “mediunizar” aquello que puede significarle el placer, o la felicidad y el horror también.

MSD - ¿A qué viene lo de la pesadilla?

Noy - Porque de pronto no hay nada en el mundo con qué ni con quién jugar ese juego libre. Es el otro que no pide nada más que lo predecible, lo cotidiano, esa palabra terrible. Sobre todo los artistas que tienen ese don en el fondo medio perverso que los trasmuta y los obliga a puestas. Inclusive las actrices; a algunas les cuesta dejar sus personajes y los llevan a sus casa, y sufren tanto como en escena. Que es un poco lo que está contando Naranja, aunque en su caso no es un personaje, es una compañía.

MSD - Hablábamos de la angustia que acarrea la brecha que se genera entre lo íntimo y lo público.

Noy - Creo que no hay mayor desnudez que la que refleja lo que uno se pone. La desnudez del alma está en lo que llevás. Es tu máscara real y parte de tu piel. La verdadera desnudez es ese sombrero ladeado, ese vestido; lo que vos decías de los looks de los jóvenes. La imagen sublima todo y esa diversidad es posible. Habitá tu imagen y listo, mientras puedas.

Palmeiro - Eso es posible, no solo política sino tecnológicamente con internet. Eso que era un privilegio de los artistas, internet democratiza esa energía creativa y todos podemos tener 5 personalidades.

Batalla - Hay un mundo parecido a este del cual hablamos, del que a mí me gusta estar cerca: el de los cultos de posesión como la umbanda o el espiritismo. En él las personas incorporan a un montón de entidades que pueden ser macho, hembra, o algo mucho más indefinido o bizarro. Esa es una escuela maravillosa. El arte se nutre muchísimo de lo que pasaba en esos lugares que están atrás y antes de toda esta fragmentación de la contemporaneidad.

Noy - Es lo que yo decía de la mediumidad, sobre el transe. Yo conozco el candomblé, viví doce años en Bahía y mi santo es Oxumaré. Acá ya no estamos mezclando diversos telones, sino que estamos ontológicamente golpeando en el tambor del infinito.

Batalla – Hacía falta referir a ese orden de la realidad si hablamos de transiciones y de personajes o personalidades.

Noy - Todo tiene que ver con los paradigmas que vienen y van desde los griegos, el panteón africano. En Argentina nosotros tenemos también nuestras otras brujerías sagradas pero diezmadas. El trabajo de las machis (ritualista mapuche)… Las machis son todas andróginas, tienen hombre, esposo y esposa, tienen su favorita y esa favorita es su amante. Todos tenemos algún barco atrás, pero la verdad que los indios puros y sagrados entre los que me crié en el sur de Río Negro…

Batalla - Que un día vinieron de Siberia…

Noy - O de Mongolia. A Pedro Lemebel un día le dije: ¡vos sos vikinga, nena! Se quedó muda. ¡Porque es verdad! Fijate vos toda la estructura de las joyas mapuches. Ella quedó deslumbrada ante eso que no había visto aun. Porque uno cree que todo vino desde España y no es así. Siempre hay más. Así como hay “Naranjas” que tiene millones de jugos diferentes, hay seres humanos que son una cartografía infinita de posibilidades. El tema es si las adoptás y asumís, o también las podés purificar. Vos también tenés tu demonio interior y podes querer curarlo, domarlo. Qué bueno estar haciendo esto con el aborigen rey, recuperándolo, al menos ahora, en este instante.

Alguien del público - ¿Aborígenes o pueblos originarios?

Noy - Los ninguneados, los desplazados, los asesinados… Ya me fui para el carajo, (risas), ¡es que el Sauna está muy bueno!

(Aplausos)

MSD - Carlitos, me preguntaba por esto de que cantás canciones de mujer. Públicamente pocos lo hicieron. Cuando cantás canciones de mujer ¿es el ánima de Lía Crucet, es tu abuela o sos vos?
Casella - No, lo que pasa que yo me crié escuchando lo que escuchaban mis hermanas, Marilina Ross, por ejemplo…Entonces para el primer espectáculo que armé con un repertorio totalmente decidido por mí, elegí esas canciones que son las que más me gusta cantar. No fue algo demasiado manipulado, más bien natural, armado medio inconscientemente.

Noy - Él puede hacerlo, porque tiene ese talento. Muchos deliramos con Carmen Amaya, Lola Flores, Sara Montiel, todos tenemos una simbiosis con lo que amamos.

Casella - También son muy fabulosos los universos que estas mujeres armaron a su alrededor, entonces cantar una canción de Bjork no es representar a Bjork, sino representar algo que culturalmente nos envuelve a todos.

Noy - No sólo nos parieron por la vagina, sino por el arte; por sus poros de creadoras.

Casella - Yo siento que la gran representación del canto tiene mucho más que ver con la mujer que con el hombre. El melodrama de cantar canciones tiene más que ver con la mujer, o siento que viene desde un escalón mucho más femenino.

Alguien del público - Quiero preguntarle a Carlos si piensa que la voz femenina transmite una cosa o intensidad diferente a la voz del hombre, porque yo siento eso.

Casella - Hay que ver en quién resuena esa sensibilidad, quién se pone a que eso lo atraviese.

MSD - Para traer al terreno de las artes visuales, pareciera que la actividad artística ha sido una actividad masculina, y el lugar de la mujer era el de la musa.

Noy - Bueno, ¿porqué no? Es un lugar complementario…

Palmeiro - No, es que el lugar de la mujer era el de no trabajar, no producir, no estar en la escena pública, no ganar dinero. Eso era parte de un sistema de exclusión -en todo sentido- del espacio público.

Noy - El poder del hombre, fue. Ya no es…

Palmeiro - Ahora hay andropausia…(risas)
La idea de la musa como inspiradora me parece que tiene un dejo machista, ¿o porqué no un “muso”? ¿Porqué una mujer artista no puede inspirarse en un hombre?

Mariano Soto - Tampoco es que no existieran las mujeres artistas, es que la historiografía del arte recogió todo lo que fue la acción masculina. A partir de 1970, con la aparición de una corriente feminista en la historiografía y la teoría del arte, se empieza a investigar y a descubrir que hubo un montón de artistas mujeres pero que no aparecen en la historia del arte en lugares importantes...

Palmeiro - Pero eso sigue hasta hoy. ¿Cuántas escritoras mujeres hay y cuantos escritores varones? ¿Cuántas artistas mujeres hay y cuántos artistas varones? Con Thaís (Zumblick, pintora) estamos en un grupo de facebook con otras chicas… y chicos también; es un grupo que se llama Corazón, donde se conversan estos temas: porque hoy en día todavía las mujeres no tienen un espacio igualitario en el arte, que se supone que es el lugar donde se experimenta con las subjetividades.

Soto - ¿Te parece que no lo tienen?

Palmeiro - Me parece que es mucho menor. ¿Cuántas mujeres artistas exponen hoy en la Argentina en comparación con los artistas hombres?

Soto - Un montón.

Thaís Zumblick - Puede que haya artistas mujeres, pero el tema de adquirir relevancia sí que es otra cosa para nosotras. Nuestro lugar como mujeres en la Historia del Arte no existe, pero yo no quiero que nos regalen un lugar en la Historia: quiero conquistarla; tenés a Artemisia Gentileschi, por ejemplo, de la escuela de Caravaggio, ¡y no la ponen a la altura de Caravaggio un carajo! Ella es “de la escuela de” . Y yo quiero ser yo, vos querés ser vos, eso es importante me parece, lograr un lugar. Y no por “ser mujer”...

Batalla – En las artes visuales creo que ahí todavía estamos muy atrás, porque se siguen organizando muestras separadas por género, muestras de pintoras, escultoras…

Palmeiro - Claro, es que yo no quiero que haya “muestras de mujeres”, quiero que no haya género.

Gaba de Dios - Yo tengo un libro de “gatos que pintan”. Y cuando estoy en crisis -que la verdad que me la paso de crisis en crisis- miro el libro de los gatos que pintan y me digo ¿qué pasa acá? ¿Cómo puede ser que un gato pinte? Y lo que yo siento es esa necesidad inmanente de expresar la existencia, y creo que eso es lo que pasa con todos los artistas o todas las personas que necesitan sacar afuera cosas y ser vistos por un otro, de la manera en la que son. Y esa es la identidad.

Palmeiro - Cuando yo decía que las mujeres han tenido menos representación, es como un análisis de las condiciones en las que se produce el arte. No quiero decir que tenga que haber cuotas, ni mucho menos. Al contrario, creo que una vez que ya se han visibilizado todas las muchas diversidades, en un momento en que el género es optativo, en que existe el género neutro, en que existe el no poner el género en el documento, como en Alemania actualmente, que existe el ponerte lo que quieras, sacarte lo que quieras, hacer realmente lo que quieras, que es visible esa potencialidad, tenemos que acabar con la idea de género. Noy - Eso ya está incrustado en la estirpe del futuro...

Palmeiro - Como Jackie. Jackie es posgenérico.

Noy - Eso de posgenérico me encanta. Yo creo que el sexo se va configurando, pero el tema es que ya tenés puesto el sayo, entonces ¿cómo te lo sacás? tenés que desgarrar esa cosa…

Palmeiro - ¡Jugando también te lo sacás! Se puede jugar, no hace falta desgarrarse..

Noy - Bueno, podés jugar pero jugando también podés lastimarte…

Palmeiro - Claro, pero no hay que verlo solo como una pérdida. De pronto un día salís con un taquito, otro día con una peluca; de pronto un traje de hombre. ¿No? ¡Como hace Jackie!

Jackie Ludueña - De pronto un día salís con los tacos a la mañana, al mediodía te ponés el jogging y a la noche te ponés otra cosa. A mí me pasa muy seguido, que hay gente que me dice: no sé si hablarte como a un hombre, si hablarte como a una mujer… y yo la verdad que tampoco sé qué responder. No es mi problema.
El único momento que me lo planteo realmente es cuando voy al baño. Voy al de hombre, voy al de mujer o voy al baño de discapacitados. (Risas) Te digo, a veces, me pasó en Pacha, que la señora que cuidaba el baño me dice: bueno, decidite, no podés andar de acá para allá. Bueno, le dije, voy al de hombres, pero la verdad es que es un juego, ahora voy a mi casa, me afeito, me monto y soy mujer de nuevo.

Palmeiro - De hecho, en la práctica la gente más joven ya no tiene una inscripción de genero clara, hoy es mas andrógino, van y vienen. La cosa se define desde lo legal, por eso la lucha del femenino - masculino en el documento. Eso que aparece en el arte como una exploración, como un juego, se plasma en luchas legales, en cuestiones de derechos.
La diferencia sería el nivel de acceso a los espacios y a los bienes. Cuando la travesti no consigue laburo, en fin…

MSD - Si, pero bueno, el lenguaje impone categorías, al nombrar uno pone categorías y no puede haber personas sin lenguaje. ¿O sí?

Palmeiro - No, pero el lenguaje puede flexibilizarse, por ejemplo en sueco y en alemán existe el genero neutro y ya lo están usando, por ejemplo, en jardines de infantes donde los chicos no tienen género. En Argentina muchos activistas eligen en lugar de poner “la y lo” poner equis, un asterisco, una arroba, digamos ir moldeando la lengua para un nuevo mundo que es lo que esperamos.

Noy - A mí me gusta más la arroba porque, de nuevo, la equis me remite a la crucificción. Además tiene una mayéutica, un impacto, menos cercenador. Todxs, todixs, a mí me cuesta. Prefiero el uno, el uno en tercera dimensión, neutro, plural.

Palmeiro - O la e: “sujete”. O todo con i: “chiquis”…

MSD - Quiero decir que soy anti eso, y que me gusta terminar en masculino aunque incluya a las mujeres.
Todo es trans, todo es arte… A propósito de la muestra de Beuys y su teoría de que todos somos artistas, una teoría que yo creo ha fracasado, o al menos está en pañales, no sé qué piensan. Somos todos artistas…

Civale - Para mi la teoría que fracasó es que somos todos humanos. (Risas, aplausos)

Noy - Es lo que te digo del guetto, aislado del humanismo. Hoy soy feliz por los que vienen, como este niño, hermano de un mellizo, que le dice a la mami, “yo princesa”. Tenía dos añitos, ahora tiene siete. Y su hermano mellizo, varón, macho, es feliz de tener a la hermana asumida, y yo creo que eso va a ser como una especie de vértigo sagrado que viene con el futuro. No todo podemos dominar ni definir. Vamos a sorprendernos mucho. Con el devenir.

Martín Ortega - Yo creo que acá se esta hablando como si fuera una regla que todos los gays en la infancia se quieren vestir de mujer y hay algunos a los que no nos pasa eso. Y me da gracia, porque iba a contar esto y me da un poco de vergüenza, porque a mí no me gusta que mis amigos me digan “ay nena”.
Aunque me lo digan con buena onda, no me gusta “nena”. No tengo problema que se lo digan entre ellas, pero a mí no me gusta. Porque me siento varón, soy un hombre que le gustan los hombres.

Palmeiro - Lo gay es más normativo, de chico te gusta Diana Ross…

Ortega - Jugué de chico, alguna vez me encerré en mi dormitorio a cantar canciones de Raffaella Carrà usando unos tacos grandes…

Palmeiro - ¡Entonces si te montabas de mujer en esa época! (Risas)

Ortega - Ja, no necesitaba montarme, mi imaginación me permitía sentirme Raffaella sin peluca ni nada. Pero bueno, algunos no tenemos la necesidad de sentirnos mujer.

Soto - Creo que esa es la cosa, libertad de hacer lo que quieras.

Palmeiro - La cultura gay es muy normativa, debés tener entre 20 y 40, ser blanco, de clase media para arriba, lindo, vestirte en Dolce Gabbana, hablar en femenino con las amigas, tener la pija así de grande, tiene una serie de normas que no todos los varones homoeróticos tienen porqué identificarse con eso.

Noy (saca un libro de fotos de fútbol) - Hay que resignarse. Miren lo que eran antes los jugadores de fútbol. Vayan pasando. Para que vean lo que perdimos. Miren lo que eran antes.

Soto - Igual los de ahora no están nada mal.

MSD - Me parece que no estás viendo los partidos.

Noy - Mirá, a mi el futbol no me gusta. Solo me gustan las duchas.

Civale - Hay una hipérbole de lo femenino a la que yo me negué mucho tiempo, ¿y cuál es esa hipérbole?: reproducirse. Yo nunca quise casarme ni tener hijos y cuando tenía 20 me disfracé de embarazada y salí a la calle para ver qué pasaba, y encontré una cantidad de compasión en el mundo. (Risas) Sentía que me querían porque estaba embarazada. Y también me casé, me casé con un hombre como un acto performático, me pareció una cagada. Pero fue un acto performático que, mas allá de los problemas legales que me trajo, generó un giro muy grande en mi entorno social. Parientes que no me hablaban me invitaban a su casa a almorzar. Querían conocer a mi marido. Yo no sé, no me quiero identificar como mujer, soy Civale, soy una persona.

Palmeiro - Yo no me considero mujer.

Civale - Como mujer casada noté esa normatividad, incluso mis amigos más locos me hacían sentir una persona apreciada. No es que antes haya sido despreciada pero fue una aceptación diferente.

Palmeiro - Para las mujeres es muy terrible esto. Una mujer sin hijos ya es queer. Una mujer que no tiene hijos es una mujer fallida, está más cerca de ser un puto que de una mujer.

Noy - Recuerdo algo del Tropicalismo: en el año 75, había una especie de decálogo de Torquato Neto, que decía: yo soy como soy presente, pronombre impersonal intransferible, de un hecho o un ser que incide en la medida de los imposible, yo soy como soy presente, descojonado, inocente, hecho de un pedazo de ti. (Aplausos)

Mónica Van Asperen - Una pregunta.

Noy - Qué suerte ver tantas caras queridas. Querida, di tú, Shelley Winters, habla…

Van Asperen - Todo lo que hablamos de poder travestirse, jugar, cambiar la presentación, quemar pieles, dejar dioses, en realidad tiene que ver con poder dejar exposiciones. Todo lo que estamos diciendo, partiendo de lo que es la institución, el museo, el coleccionismo… Dónde tomamos forma, dónde encarnamos en vez de dejarnos habitar, ¿podemos ser nómades en cada exposición y morir? O sea, morir definitivamente donde se termina la exposición… Pero al mismo tiempo el arte me dio la posibilidad de vivir experiencias extáticas, que me acercan a la disparidad. A veces simplemente es como un gran orgasmo. Creo que tenemos que ir cerrando y esto tiene que ver con poseer, con la necesidad de poseer, adquirir, perpetuar y ponerle cifras a las cosas. Entonces bueno, es una pregunta o un comentario que queda aquí.

Noy - Es una militancia, de una manera menos militari, como le reprochaba mi amada María Elena Walsh a la palabra militancia. Es eso justamente lo que estás diciendo, es esa posibilidad infinita de ser… ni ser gay, ni siquiera eso, un mutante perpetuo de todos tus placeres. Como naranja lo tiene dividido, uno lo tiene incorporado.
Por eso en los saunas cuando no hay vapor y las palabras emiten ese fuego, recuerdan lo que siempre necesitamos: esas charlas con comadres, compadres, charlas entre enemigos, amigos, como lo hacemos ahora y como ojalá lo hagamos siempre porque algo nos queda. Algo queda. Seguro. Señoras y señores, un aplauso para todos.

 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
     
     
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