Hace poco supimos que en Irán reprimen, cierran o sancionan peluquerías por ofrecer cortes de pelo de estilo occidental y, para que esto no ocurra, el Ministerio de cultura y orientación islámica de ese país elaboró unos afiches con los cortes masculinos permitidos. El pelo largo, el cabello rapado y el uso de productos de belleza, están prohibidos por “occidentalizantes”. Esto en 2012 parece de otra galaxia detenida en la Edad de Piedra, o en el nazismo alemán de 1933/45. Pero la Argentina de la última dictadura militar de 1976 no estuvo muy lejos. Una de las prácticas corrientes fue ejecutar cortes compulsivos para los hombres, quedando prohibidos los pelos al viento.
El corte de pelo y el peinado son un signo de identidad cultural, social y étnico, y puede ser usado como una forma de ilustrar un estatus social o de individualización. Según Alejandro Jorodowsky: "Los cabellos simbolizan a la naturaleza humana, a las fuerzas sexuales, a la libido: ornamento, poder, libertad, vitalidad, es una proyección del individuo… Podríamos considerarlos como una especie de “antenas” que unen nuestra cabeza con “lo que nos viene de arriba”… La cabeza es el lugar donde crecen los cabellos, un lugar vinculado a la figura del padre. Refleja y manifiesta nuestras creencias más profundas".
Ale Star manifiesta sus creencias en Purr con dos propuestas para que no te agarre el fin del mundo con las mechas mal. Una es "Cortate con Ale Star" obra performática, donde en el medio de la librería montó una peluquería pop. Nada mejor para nuestras cabezas que libros y un buen corte de pelo. La instalación está formada por el mobiliario de una peluquería con onda, gran espejo con estrella lumínica azul, sillón para el cliente, colorido banco circular para él, mesita con ruedas con todos los utensilios para trabajar: tijeras, máquinas, cepillos, peines, vaporizador, secador, aerosoles, ceras, broches, brochas, etc., etc., más el indispensable escobillón para barrer la orgiástica alfombra de pelos de los distintos clientes que se mezclan y entrelazan en una sola masa peluda. Todos los martes con previa reserva de turno, Ale Star activa esta instalación. Alguien diría que es más o menos lo mismo que pasa o se vive en cualquier peluquería de barrio, ¡pero no! no es cualquier peluquería… como ya lo dijo Marcel Duchamp: "No son los pintores sino los espectadores quienes hacen los cuadros". Que la acción de Ale Star tenga lugar en un espacio de arte ya hace ver todo de otra manera, el espectador va con una cabeza activa, puede percibir y sentir más de lo que es corriente en una peluquería convencional. Ale Star presentó una obra similar en una feria de arte contemporáneo, arteBA 2005, en el stand de Boquitas Pintadas curado por Julio Sánchez. Y tiene varias muestras de fotografías en su haber, Belleza y Felicidad fue la primera en 2001 y hace unos meses la última fue curada por Rosana Schoijett en la fotogalería del CC Rojas, el espacio que dirige Alberto Goldenstein.
El martes que presencié esta acción, el cliente atendido en ese momento era otro artista visual, Hernán Marina, quien se entregaba a las habilidades de Star por primera vez, de modo que su desvirgue cabezal sucedió ante mi presencia. De alguna manera hay una situación erótica en esta actividad, las manos de Star no paran, trabajan y juegan usando todo tipo de instrumento como si fueran juguetes. Juegos de miradas a través del espejo entre Star, cliente y terceros, hasta me sentí participe de un ménage à trois cuando Star me invitó a tocarle la nuca diciéndome: "mirá que buen pelo tiene…"

Ale Star en esta ocasión también presenta una muestra de fotos que se llama "Estoy cerca de la fama". Son retratos de Ale Star junto a famosos, nacionales e internacionales, con quienes trabajó en cine, videoclips y publicidades. Hollywoodenses como Brad Pitt o Eric Bana (Troya); famosos nacionales como Juan Leyrado o Julieta Díaz; artistas visuales como Martha Minujín o Nicola Constantino, más otras y variadas personalidades posan junto a Ale Star. Él luciendo todo tipo de looks y peinados que van marcando la época con sus modas. Rapado, flequillo, jopo, o un largo hasta la cintura perfecto para acompañar a una Alejandra Pradón con trompita y a punto de cogerse al mundo con sus tetas.
Como un catálogo de peinados y de famosos, autorreferencial y cholulo. Con un montaje especial, las fotos están distribuidas en forma semicircular concéntrica, alrededor del espejo, como estrellas orbitando alrededor de la gran estrella en el espejo, donde se ven reflejados todo el tiempo Ale y su cliente como en otra gran foto, por el tiempo que dura el corte. Las fotos y la instalación, todo el conjunto, parece un camarín de un famoso, como si Ale jugara con su cliente a que lo sea.

Un corte de pelo tiene algo de rito de iniciación. Ofrenda, sacrificio, purificación, o resetear y empezar de nuevo. Para eso necesitamos un sacerdote-hacker que tenga claro el ceremonial del rito, y eso Ale Star lo tiene de sobra.

"Cortate con Ale Star": Ciclo de cortes de pelo en Purr Libros, sábado 8 de diciembre, y todos los martes de 14 a 20 hs
Librería Purr,
Av. Santa Fe 2729, Buenos Aires