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La sin futuro se acuesta tarde, cansada después de un día de mucho trabajo. No puede dormir, da vueltas y vueltas, entre sueños, imágenes y sonidos que acaban de ser, que fueron realidad hace un rato, y otros que se imagina, los que vendrán. Cuando llega este momento de pensar en el "vendrán", en todo lo que conecta con su devenir, se despierta totalmente. Se repite seguido, nunca puede dormirse profundamente porque teme que, si esto pasa, no volverá de ese sueño jamás.
Sabe que le queda poco tiempo. Desvelada, recuerda la escena de "Blade Runner" (1982) de Ridley Scott, cuando el replicante Roy Batty (Rutger Hauer), en una terraza bajo la lluvia le dice a Deckard (Harrison Ford): "He visto cosas que los humanos ni se imaginan: naves de ataque incendiándose más allá del hombro de Orión. He visto rayos C centellando en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas... en la lluvia. Es hora... de morir."
La idea del tiempo le provoca ansiedad. Vive a través de tres enérgicas mujeres que la alimentan con arte. Es un ritual diario, exigente; no se conforma con cualquier arte, quiere cambios, experimentos, no quiere repetición ni nada que le recuerde que tiene una fecha de vencimiento. Así se revitaliza, gana potencia y quiere más. Sabe que es su única manera de vivir el presente, que pronto será pasado, y que tiene el futuro negado.
Su statement dice: "La Sin Futuro es una casa-galería destinada a morir. A fines de julio será demolida, ocho meses después de haber abierto sus puertas como galería de arte y espacio de acción. No importa qué hagamos antes, la casa va a ser destruida."
Pasó el mes de julio y agosto también, aun en septiembre tienen eventos programados. Algo la mantiene en pie, puede que llegue a cumplir un año antes de que la demuelan y construyan en su lugar un edificio de 10 pisos.
La Sin Futuro fue creada por Ana María Silva, Julim Rosa y Magdalena Petroni, tres veinteañeras con muchas pilas, que en menos de un año armaron casi 30 eventos y convocaron alrededor de 100 artistas.
Todo sin un peso. El lugar se lo prestaron, no tenía electricidad ni gas, se la rebuscaron para conseguir eso y mucho más. Con ganas, ideas y creatividad lograron un lugar sincero, experimental, no comercial. Se sostiene con esfuerzo y se financia con un bar que funciona los días en que hay eventos, sábados de por medio.
Las tres cerebros se instalaron en La Sin Futuro, se mudaron con muebles, plantas y mascotas incluidas. Sentían que era la mejor manera de trabajar, estando en el lugar las 24hs para poder dedicarse de lleno a las obras que querían mostrar, tanto propias, ya que las tres son artistas visuales, como las de los invitados. En sus tres cuartos, cocina, baño, terraza, se pueden ver instalaciones, street art, site specific, performances, aunque en verdad cada centímetro de la casa queda tomado cuando se hacen eventos. También al fondo hay un galpón donde van las bandas en vivo, djs y perfomances. Claro que se aprovechan todos los rincones, pero las obras que montan son elaboradas, pensadas, arriesgadas, generosas en formas y contenidos. Algo destacable, ya que últimamente hay una tendencia anoréxica en el arte argentino, todo es poquito, chiquito, lleno de miedos, de sicología casera, o chistes para los amigos. En La Sin Futuro se nota que, en estos pocos meses de trabajo intenso, adquirieron un buen entrenamiento como artistas, montajistas y algo que no se imaginaban que iban a hacer cuando estudiaban arte: gestionar, ayudar a producir y mostrar la obra de los artistas que seleccionan para que ocupen el espacio. Tarea difícil ésta, pero cada vez es más común en los artistas, ya que no queda otra que autogestionarse debido al débil mercado argentino, a las muy pocas galerías que se sostienen -por milagro- y a las instituciones, que da la sensación de que muestran siempre a los mismos artistas. Acá no hay venta de obra, pero si una interesante manera de proyectarse, de que se conozcan otras producciones, otros artistas, de experimentar, intercambiar ideas, ayudar, divertirse y festejar.
Las chicas de La Sin Futuro tienen la sangre de nietas del happening de los 60 y de hijas del Parakultural de los 80; bienvenidas sean a sumar con su nueva movida festivo-cultural.
En el último evento que armaron, "Secreto", se podía ver ya en la fachada de la casa a modo de bienvenida una gran frase con color y contenido de Julim Rosa, "Construya un futuro sólido", que daba entre frente de templo evangélico y "Star wars". Apenas cruzabas la puerta de entrada, una performance sucedía en el centro de la sala donde había un círculo crudo de ladrillos y escombros, como un ombligo en la tierra, con un diámetro justo para que entre muy apretada Natasha Voliakovsky desnuda en posición fetal. Más adelante pasabas a otro cuarto muy oscuro, forrado en plástico negro con una carpa transparente en cuyo interior había una pantalla con películas pornos muy arty, instalación de Magdalena Petroni. En un cuartito al lado estaba Diego Stickar armando castillos de naipes. Ana María Silva llenó el piso de su cuarto de arena, mucha, para tener la sensación de estar en medio de una playa, pero con todo los elementos de una habitación tal cual ella la usa; arriba de su cama había una banda en vivo haciendo música y alrededor el público armando castillos de arena, escuchando música o sentados en reposeras. En el patio, el bar y mucha gente, desde ahí se veían las proyecciones de Sergio Lamanna en una pared enorme de un edificio vecino. En el cuarto de arriba el colombiano Luis Hernández Mellizo raspó el revoque de las paredes para dejar ladrillos a la vista con la forma de los continentes, y con el polvo que juntó, armó montañitas con calaveras. En el galpón del fondo hacía una perfo Paula Herrera Nobile, en la que interactuaban teléfonos celulares, actores y público. Proyecciones y música de Fabiana Barreda, luego Dr. Trincado y todos bailaban.
Imposible nombrar a todos los que pasaron por La Sin futuro con obras o ayudando, pero algunos son: Manuel Ameztoy, Augusto Zanella, Sergio Bazán, Marcos Mangani, David Pitucardi, Luis Rodríguez, Frederico Filippi, Ezequiel De Las Carreras, Yanina García, Melina Berkenwald, Santiago Bengolea, Lucia Foresti, Rivoltare, Candelaria Aaset, Delfin Flores, Juan Godoy, Carolina Hirschhorn, Vicente Macellari, Acento Frenético, Mamíferos de Patio, Nice Naranja, entre tantos.
Las chicas preparan a La Sin Futuro para una reencarnación. El proyecto que iba a durar unos meses se transformó en un concepto, un espíritu que puede tomar otro cuerpo. Conseguir otra casa, edificio, fábrica, hotel o lo que sea que no esté funcionando como tal, que se encuentre abandonado temporariamente, para cargarlo de energía creativa.
Borges situó su cuento "El Aleph" (1945), en el Barrio de Constitución, más precisamente en una casa de la calle Garay, en el escalón 19 de la escalera del sótano. Ahí se encuentra el Aleph, que es uno de los puntos del espacio que contiene todos los puntos del universo.
Releí este cuento fantástico porque creía recordar que la casa donde se encontraba este espacio cósmico secreto iba a ser demolida al igual que La Sin Futuro, confirmé que asi era, para ampliación de un bar. Pero la gran sorpresa vino después cuando Borges describe lo que ve en esa pequeña esfera en la escalera: miles de imágenes del universo se van sucediendo, y entre ellas ve un patio en la calle Soler…
¿Borges vio a La Sin Futuro en El Aleph?
La Sin Futuro parece un cuento pero tiene una dirección precisa por ahora que es Soler 4255, Palermo. Quedan unos sábados más hasta que se transforme y reencarne en una nueva dirección.
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