Sobre Jacques Bedel en el MACLA
por Juan Batalla
 
La garra de dios    
 

Jacques Bedel presenta un sólido batallón de obras recientes que ocupan dos salas del museo. Hay algunos trabajos de este año, y otros que remontan al comienzo de su indagación en torno a las posibilidades que le ofrecen las superposiciones de plásticos. Estos admiten añadidos matéricos e impresiones, siempre sobre formatos planos: son obras de pared. Lo cual es un factor interesante en un artista como Bedel, que de seguro concibe su imagen sobre todo desde la tridimensionalidad, dada su estirpe de arquitecto y la probada veta de escultor. Esto hace que los cuadros se desborden, porten una carga de ideas y una retórica fuerte y dinámica, en desafío a la bidimensionalidad y a un grandiosismo que entonces se agradece.
El clima es operístico y cósmico. La supuesta sonorización aceptaría el sonido que captan las sondas dedicadas a recuperar las vibraciones que emite el universo desde miles de años luz. Según teorías, el primer sonido que existió no fue el de la explosión del Big Bang, sino un gemido agudo que fue creciendo, y que fue desencadenante de Todo. Un gemido que engendra, pero que no podemos imaginar sin pavor. La existencia como desgarro maravilloso. Y ese deleite espeluznante es el que marca estas obras de Bedel. Que, claro, son la consecuencia de una incesante búsqueda en ese sentido, llevada a cabo a través de gran parte de su carrera artística. Ciertamente un rara avis desde este presente que mayormente se ciñe a una virulenta intrascendencia o a la inmediatez política.
Y en el trayecto de Bedel hay también humor, ironía, y algunas observaciones acerca de la realidad humana y urgente. Los retratos sensibles, sensuales o graciosos. Las reminiscencias a asesinos silenciosos (virus), que se identifican en las obras monocromas o transparentes que, al ser penetradas por la luz, configuran un mapa de presencias malignas, tensan la cuerda; primero de la representación y la abstracción, y luego de la ironía de ver agigantados a estos infinitésimos killers seriales dedicados exclusivamente a ello: los virus no desarrollan una vida que como efecto colateral nos mata, sino que están ahí solo para asesinar, lo cual resulta más agraviante. Y, pensando en el contacto con la realidad humana más dura, vemos paisajes que permiten adivinar explosiones en el desierto, un Irak con el humo negro de los pozos petroleros en llamas que aprendimos a reconocer a través de las fotografías. En este caso la utilización de los materiales plásticos se prueba una elección particularmente feliz, ya que la representación logra pintar una violencia tremenda con gracia y exactitud poética.
El material que utiliza Bedel en la serie es continuidad de una vocación trash, povera en la elección del medio, pero cuya búsqueda y resultado final lo alejan completamente de esas estéticas, encuadrándolo en la orden de los artistas sofisticados en sus realizaciones y puestas. Ya en otros segmentos de su carrera había preferido esta calaña de materias primas para llegar a puntos que expresan algo diametralmente opuesto. Rasgo latino de un artista cosmopolita.
Los paisajes, que conforman la mayor porción de la muestra, son los que más refieren, entrelazándose con las imágenes de los virus, a un cosmos apabullante, que invita a percibir su sincronía y perfección, para luego, en medio de nuestro sobrecogimiento, tomarnos por la fuerza con la certeza de soledad infinita. Otros muestran espacios terráqueos; el río, un glaciar, pero los títulos previenen que lo que en ellos está en juego sigue siendo disputado palmo a palmo entre el acorde universal y la nada.

La exhibición por último incluye varias imágenes compuestas a través de una impresión fotográfica sobre los plásticos. Algunas de esas obras fueron exhibidas en la muestra de 2008 en el Museo Nacional de Bellas Artes, y luego seguimos su evolución en recientes BAPhoto. Resulta riesgoso, interesante y, seguramente, un camino a seguir explorando en los próximos tiempos. 
Afortunadamente, Bedel editó dos grandes libros en los últimos años. El primero, al tiempo de su muestra retrospectiva en la Cronopios del Recoleta, es una mirada al grueso de su trabajo. Mientras que el segundo se centra particularmente en este cuerpo de obras que se exponen en el MACLA. Son ediciones muy completas, que incluyen ensayos interesantes como el de Ana María Battistozzi, y cumplen también la función de catálogos razonados. En tiempos en que, tras la expansión de los libros de arte a partir de la crisis de 2002, se cierra nuevamente el acceso de artistas argentinos a ediciones importantes, se puede apreciar en toda su dimensión el valor de contar con este tipo de material.
Aproximaciones al mal, la garra de Dios, nos queda la sensación de que allí atrás de todo, ahíto de antimateria y cultivando el desasosiego y el vértigo que nos circundan, existe, sino un dios, acaso un gran bastardo último que baila y al hacerlo genera el aullido, el movimiento, en el corazón del escalofrío cósmico.
Y que Bedel es el artista con el coraje para enfrentarlo y plasmar registros de su proceder.

En lo que excede a esta exhibición, de la visita al MACLA nos queda la sensación de un desnivel  entre las distintas propuestas, tales como la muestra de arte Inuit proveniente de Canadá de la que esperábamos más que un conjunto de artesanías. Y la añoranza por tiempos en los que se pensó en tales términos que provocaron la construcción de una estación de trenes como esta, ahora reciclada en museo y centro cultural.
Pero salimos al diciembre platense de tilos, dándole vueltas a la muestra de Bedel, que no defrauda; va a más, experimenta, teatraliza, recorta, revela y nos permite gozar de una persecución implacable, paso a paso, por todo el cinturón de la Vía Láctea (para empezar).
Bedel, avisá cuando lo tengas acorralado.

 


(Jacques Bedel en el MACLA, salas 4 y 5 del Museo. Calle 50 entre 6 y 7, La Plata.
Hasta el 31 de diciembre, martes a viernes de 10 a 20 y fines de semana de 16 a 22 hs)

 
Retrato de Flo
MACLA de La Plata
Abajo: Aproximación al mal    
 
     
  SUMARIO  
Año 1 - Numero 5
Tapa
Editorial + Staff
Lectores
Los estimuladores
Entrevista a Pablo De Monte y Carlos Bissolino
por Dany Barreto
     
Producción fotográfica: De Monte y Bissolino
por Jorge Miño
     
Pequeña cosmogonía contemporánea
Sobre el Patio del Liceo
por Guido Ignatti
     
Hipótesis transparentes
Sobre Jacques Bedel en el MACLA
por Juan Batalla
     
Insospechada belleza del vórtice y la fibra óptica
Sobre el Museo Participativo de Ciencias
por Mariano Soto
     
Opereta revolucionaria en el hospital psiquiátrico
Colectivo Sonoro toma el Centro de Salud Mental Arturo Ameghino
por M.S.Dansey
     
Franklin Evans: los efectos del tiempo y la repetición
Sobre times2 en Milán
por Gabriela Galati
     
De la intemperie
Remix callejero y gramática visual
por Alejandro Taliano
     
Affaire Internacional
Tejiendo el infinito / Nnenna Okore
diálogo con Juan Batalla
     
Dr.Selva / Kid Yarará
Cómic
por Charlie Goz y Mari Bárbola
     
Foro de opinión
Lo mejor y lo peor de 2010
     
  EDICIONES ANTERIORES  
Año 1 - Numero 1
Año 1 - Numero 2
Año 1 - Numero 3
Año 1 - Numero 4
     
     
   
    revistasauna.com.ar - revista de arte | copyright 2010 - Todos los derechos reservados | sauna@revistasauna.com.ar | diseño y desarrollo web: Tomas Tepp