“Sólo sé que no sé nada... Excepto algunas cosas sobre el Amor”; Gachi Prieto Gallery
por M.S.Dansey
 
Simón Altkorn
 

Búsqueda
El amor no se busca, se encuentra. Tampoco se trata de esperar, sino de esperar sin esperar. Concentrarse en lo ordinario propicia lo extraordinario. Estar atento. Como dice un viejo zorro: Donde menos se piensa, salta la liebre.

Espera
Maximiliano Rossini dibuja una flor. Dibuja con Rotring, con precisión milimétrica, hileras concéntricas de pétalos que se despliegan unas sobre otras generando flores-universo. El pétalo como unidad de tiempo. Filigrana. Conducta ascética. Jardinero fiel. Dibuja en la hoja de una agenda. Metáfora del transcurso, de lo que está pasando, de lo que ya fue. Dibujos para no extrañar.

Trastienda
Las muestras de trastienda son un género menor. Suceden al margen del calendario, generalmente en los meses muertos del verano. Obras ya vistas, desnudas en la miserable misión de ofertarse. Pobres muestras de trastienda, muchas veces ni siquiera tienen vernissage.

Cumpleaños feliz
La alegría de estar vivos. Ella nació un 16 de febrero y se sirve de la fecha para inaugurar. Lejos de ser una excusa, mucho menos una casualidad, la celebración llena de significado un encuentro en el que clientes y conocidos se convierten en amigos. El mundo nos sonríe.

Corazón
La camiseta, las sábanas, el pijama y el cotín del colchón desgarrados, hechos jirones y vueltos a coser en un entramado visceral que respira y sueña. La composición de Martín Chatruc huele a nido y se mueve a tientas, con el ritmo musculoso de los deseos. Entripado textil: Órgano. Latido. Yo vengo a ofrecer mi corazón.

Espejo
Reconocerse en el otro. Y su contracara: No sos vos, soy yo. En las paredes, rosas rococó rosadas; y en el juego de espejos la certeza del vacío. El amor se escapó por la tangente, por la puerta; y en la alcoba no ha quedado nadie. Sólo los fantasmas de Lena Szankay.

Rostro
Mapa: Superficie topográfica que configura mi amor. Expresión del ser amado. Gesto-Cifra. Marcelo Torres define al niño apenas con unas líneas. Trazo-caricia. Carne trémula. Leonardo Garibotti también se vale de lo mínimo, de pocas pinceladas, para pintar a ese ser que nos interpela con la mirada, como si quisiera decirnos algo. Como si quisiera que recordemos algo. Algo que duele. Es la mirada amorosa de quien mira sin miedo, sin juicio, pero que a la vez invita al examen de conciencia. En el otro extremo, la mirada embelezada de Cotti Alberione posada sobre su padre, idealizado, en rosa chicle, con estrellitas en los ojos. Electra enamorada. Regodeo camp.

Primavera
Temporada de conejos. Apareamiento. Vibración. No encuentro en la galería el alboroto de las abejas, ni el furor de las mariposas. No hay granos de polen flotando en el aire, ni corren por estas venas los fluidos verde flúo de la inseminación vegetal. ¿Acaso el amor no era un pulpo multiorgásmico con apetito desbordado? Eso habrá sido en Apettite. No acá. Este es el amor de la ausencia. Amor romántico. Otoño. Taxidermia. Nostalgia y depresión.

Obsceno
Yo desnudo, en el escenario del teatro de mis fantasías. Luna caliente. Dos mujeres rojas. Noche. Tetas. La violencia de Emilia De Las Carreras se impone sobre el prejuicio. Su grito atroz deja a todos callados, mascullando moralina. Yo y mi abyección. Disfrazar lo sensible de horroroso puede ser buena estrategia en un juego donde la inocencia lleva las de ganar. Bajo las sábanas te cuento más.

Casa
Ladrillo sobre ladrillo voy levantando mi hogar. Afuera el mundo. Adentro mi amor. Abandonado se llama el collage volumétrico del street-artista DEFI que presenta la fachada de una casa bostoniana. Afuera las manchas de pintura, los garabatos del lápiz bardero. Adentro, la negritud. Está claro: para que algo sea abandonado, primero debió ser habitado. Donde hubo fuego...

Foto
Sombras, nada más. La fotografía familiar al servicio de una arqueología de las emociones. Carolina Maglin transita por enésima vez la película súper ocho. Rescata el fotograma y lo amplía. Lo monta sobre una caja metálica transiluminada, de las que usan los médicos para analizar placas radiográficas. Evita lo corpóreo, elige la sombra de ese hombre bien vestido, recortada sobre la persiana de esa linda casa. Elige el interregno, el espacio intermedio que, por oposición, define el contorno de unos y otros. Mirada Rayos X para perderme en un pasado que no es mío pero vive en mí.

Refugio
Una casita en las nubes. La fotografía de Daniel Kiblisky funciona como una promesa. Para llegar habrá que subir a la cima del volcán. Paso a paso, alentados por la máxima del montañista: El camino es la llegada. Convencido, uno avanza pero no alcanza. Se pierde, y pierde las esperanzas. Se abandona a la intemperie, se rinde ante la agresividad del hielo, pero aún así, da un paso más. Uno más. Un paso autómata que nos funde en la neblina. Es entonces cuando aparece, a mitad de camino entre la tierra y el cielo, el refugio para dos: Yo y mi amor.

Carta
Digo, tanto y tan leve. Digo, tormenta eléctrica, colcha y café con leche. Digo, leche y digo, tu olor. Digo mil cosas para no decir más que: Pienso en vos. Fabián Trigo recorta micro parlamentos de su epístola amorosa privada y los presenta en una pantalla de video del tamaño de un sobre. Las frases sueltas se alternan en un random que evidencia la excusa de estas palabras que solo vienen a significar: Pienso en vos.

Escena
“No te creo, estás actuando”, acusa el ser amado en medio de un diálogo de sordos en el que los amantes escupen sus verdades. No importa lo que diga el otro, cada uno a su vez dirá lo propio. Lo que los mantiene unidos no es el “diálogo”, estos son dos monólogos. Lo que los mantiene unidos es la representación teatral de la relación. Drama cotidiano. Comedia universal. Simón Altkorn es cineasta de una sola toma. La escena es verosímil y pone de manifiesto un cuidadoso trabajo de pre-producción. Escenografía, iluminación, dirección de actores y caracterización para poner a rodar estas pequeñas historias sagradas.

Monstruo
Atrapado sin salida. Pasado el embelesamiento de la primera etapa el amante se encuentra con la verdadera naturaleza de su amado. Y viceversa. La mancha de Andrés Waissman bien podría ser la imagen de los celos. El apego al objeto amado –digo objeto, no sujeto- es el principio del fin. La tendencia a la posesión convierte al ser piadoso en una bestia manipuladora que comanda persecuciones y termina por asfixiar. Te quiero en cajita de cristal durmiendo entre algodones. Te quiero en mi mazmorra. En esta operación amado y amante perderán su libertad, uno víctima del otro, el otro de su propia obsesión. Atolladero. Miedo. Crisis violenta. El amor-trampa libera la bestia que vive en mí. Destrucción.

Alteración
El patrón. La buena imagen y la irrupción de lo otro, lo desconocido, lo deseable. La experiencia del amor como apéndice del mundo. La geometría de Andrés de Rose es una puerta entreabierta que permite espiar la matematicidad de lo que creemos libre, caprichoso e impreciso. Contrarritmo. Aberración. ¡Oh!

Cuerpos
No hay amor sin cuerpo, sin contacto. Aunque más no sea la forma que adopta la idea. Necesito aferrarme a algo, necesito canalizar mis emociones. El cuerpo me lo pide. Busco y no encuentro en esta sala el cuerpo del delito, el cuerpo para observar, para recorrer con los cinco sentidos, para conocer. En el piso se contornea la figura de Ana Lizaso. Piel.

Amoroso
Adjetivo ubicuo que en su intención de decirlo todo, no dice nada. Niño amoroso. Libro amoroso. Desayuno amoroso. Corrección política. Lugar común. Al querer señalar lo especial, deviene lo ordinario. No decir nada, para decir lo indecible. Fracaso semántico.

Solo
Dice Roland Barthes, es sus fragmentos de su discurso amoroso: “La figura (de la soledad) no remite a la soledad humana del sujeto amoroso sino a su soledad filosófica (…) no existe hoy ningún sistema importante de pensamiento que se haga cargo del amor-pasión”

Encuentro
Camino por las calles de Palermo. Encuentro la no-muestra y decido entrar, estoy dispuesto a la aventura. Me arriesgo. No hay grandes entelequias –quizás muchos cuadros, demasiados, aunque también es cierto que no alcanzarían los cuadros del mundo para abarcar la vasta superficie del campo amoroso. Solo fragmentos. Ahí está Gachi, su amor y su verdad.












(Gachi Prieto Gallery queda en Uriarte 1976, C.A.B.A. La muestra se puede visitar de martes a viernes de 14 a 20 hasta el 19 de marzo.)

 
Martín Chatruc
 
Lena Szankay
 
Leonardo Garibotti
 
Emilia De Las Carreras
 
DEFI
Carolina Maglin
Daniel Kiblisky
Andrés Waissman
 
     
  SUMARIO  
Año 1 - Numero 7
Tapa
Editorial + Staff
Colores tempranos
Entrevista a Ramiro Oller y Luciana Malfatti
por Dany Barreto
     
Producción fotográfica: Luciana Malfatti y Ramiro Oller
por Guillermo Ueno
     
Borrón y COME abrió sus puertas
Privado y público en la obra
por Guido Ignatti
     
Nadando en el Pantano del Diablo
Modersohn-Becker en el MNAD
por Juan Batalla
     
Kill your idols
Sobre el Museo Sívori
por Mariano Soto
     
Fragmentos de una muestra amorosa
“Solo sé que no se nada...” en Gachi Prieto
por M.S.Dansey
     
Calidad no! Pura intensidad
Remix sobre nuevas tecnologías
por Leonello Zambón
     
“Built on Promises” en Program-Berlin
Los restos de un acontecer artístico
por Gabriela Galati
     
Dr.Selva & Kid Yarará
Cómic
por Charlie Goz y Mari Bárbola
     
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