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La muestra colectiva Women’s Work, a cargo de la curadora norteamericana Susan Breyer, es resultado de su estancia en Paraguay por un año para conocer a sus artistas mujeres y sus obras.
Dos siglos atrás, los “Ámbitos Separados”- la ideología predominante en cuanto a la posición social de la mujer- declaraba que una mujer decorosa pertenecía adentro, en casa, con su familia. Por el contrario, se pensaba que la presencia de un hombre debería estar afuera, sumergida en la economía y la política.
En el ámbito de la mujer –un espacio de cocinar, hacer costura y cuidar niños- , la labor se integró con la vida. El hogar era un lugar de proyectos físicos en curso, pero también un santuario en donde el honor y la virtud se reunían –en donde las mujeres tenían que proveer todo lo necesario para establecer un ejemplar religioso, la inspiración de virtudes y la influencia moral -. Este terreno altamente doméstico influyó directamente en las ocupaciones consideradas “apropiadas” para la mujer, es decir, tareas domesticas, artesanías, industria, la enseñanza y, en el Paraguay, la agricultura y la venta. Libros de consejos, las novelas, los sermones y los poemas, proponían, reiteraban y ratificaban constantemente estos papeles. Las vocaciones en las que las mujeres se ocupaban tradicionalmente eran referidas como women’s work.
La muestra trata del trabajo individual de una artista, pero también de cómo el trabajo de una artista da forma a la sociedad que la rodea. Las trece artistas que participan aquí hablan de responsabilidades tanto cumplidas como no cumplidas, de activismo y liderazgo, de la subordinación y el dolor que ésta genera.
Extractos del texto de presentación de la muestra Women’s Work, de la curadora Susan Breyer.
1. DISCOTEQUE, de Bettina Brizuela, 2013.
Cabina Discoteca callejera (¡el aulladero positive de Cioran?), consta de una caja a la altura de la cabeza de una persona de estatura promedio, que ofrece al espectador un auricular para oír un rap llamado MISS CELULAR y, bien parado en la x gigante, bailar mirando el interior de la caja, de intensa iluminación azul cobalto donde una kuñatai gira en los pasos de la danza de la botella… Es la pieza más cyborg (Donna Haraway) de la exposición… Explícita su intención de yuxtaponer tecnología y organismo. Recuerda también a la expo LOS INMATERIALES, organizada por Lyotard en el Pompidou en los fines de los 80’s (la primera vez que programáticamente se hizo interactuar los sentidos de la vista y del oído, que eran taponados con unos auriculares que bombardeaban información de toda laya y casi siempre sin relación directa con lo observado por el espectador en ese preciso momento, si uno se paraba ante un cuadro al mismo tiempo podía oír un poema de Baudelaire o una sonata de Chopin). Y por último, en plan retro, a esos extraños taburetes en medio de la calle de las ciudades chinas, donde la gente se subía y se ponía a aullar por el sufrimiento del mundo. A
desahogarse de las tensiones de la cotidianidad, en una proto-terapia a lo primal scream… (la cita es de Cioran). A su gran puesta en sorna de la escena disco en nuestro país –según la nota que acompaña a la obra-, es menester añadir otras implicancias como la reducción, jibarización de la experiencia a su elemento cerebral, de gozar una inyección neuronal con un múltiple ataque sensorial. Oír, ver, bailar… sudar… O a esas cabinas – de autor, alguna era firmada por TimothyLeary- que prometían en los festivales de diversión juvenil y rockera como el Lollapallooza, en la década de los 90’s, drogarte, instantáneamente, por el simple desembolso de un ticket de entrada de ¡1 dólar!.
2. Juego del tío vivo (aun) llamado anti dengue, o juego velado, CALESITA,
serie Áreas Protegidas, de Mónica González, 2013.
El tiovivo encapuchado y cubierto de un tejido o redecilla anti mosquito pertenece a esos objetos no utilitarios de Bruno Munari que, como son inútiles, en el fondo caerían en la esfera de lo estético. O uno de esos juguetes “A menudo hay que explicarles a los adultos estos sencillos juguetes, porque a veces losadultos se hallan en la imposibilidad de entender por exceso de cultura”. Piaget más falta de investigación científica del estado paraguayo para tratar o curar el dengue, han motivado esta obra. Decía inútil o ineficaz porque no creemos que ningún niño soporte girar en el ambiente de asfixia que suscitará la red….En el fondo nos dice en su fracaso terapéutico –pero con logro apotropaico- que los adultos somos juguetes de seres microscópicos, monigotes de lo invisible.
Nietzsche decía que los humanos vivimos encerrados en una nuestra red de
sentidos… Y que más allá de ella, podrían cruzar asteroides y cometas pero
nosotros seguiríamos sin captarlos por culpa de esa red autosuficiente que nos ayuda a sobrellevar el día a día…
3. Virgen Hovy de Erika Meza, sin título, 2012.
La pieza es una Virgen de Caacupé (de plástico) incrustada en una jarra también de plástico color azul, que enchufada se bambolea en una especie de trance místico. (Histerizada por ráfagas internas de electricidad). Virgen de plástico enchufada a Itaipú, podría ser su descripción perfecta. Es una obra mutante, una pieza de mutaciones: química-energética. El plástico pasa por un proceso (químico) de polimerización para alcanzar su nueva sustancia plástica. Y la energía eléctrica de Itaipú que motoriza todo Paraguay es la energía mecánica del torrente acuífero del Paraná transmutado en energía eléctrica. Igual, la imagen tradicional de la Virgen en su barcarola de media luna navegando los cielos da fe paraguaya ya estaba en dinamismo, su puesta al día es solo eléctrica, como ícono electrificado.
4. COSAS, de Gabriela Zuccolillo, 2011, proyección de video en mono canal, 9 min. Video donde 5 mujeres (Mariana Giménez, Laura Lovera, Pabla González, Bidalina Núñez y Benita Fleitas, del asentamiento Cerrito, Fernando de la Mora, Zona Sur) muestran una de sus COSAS a la cámara antropológica.
Una de las mujeres durante su relato exhibe su cosa elegida para mostrar al
video-grabador, una reliquia, para cualquier citadino hipersensible, bastante
chocante: ¡los 5 ombligos resecos de sus 5 hijos! Allí vemos la coherencia del título de la obra de Gabriela, pues ¿qué nombre dar a estos objetos que la sabiduría popular aun cultiva y archiva en sus humildes interioridades? La última mujer se niega a contar y exhibir ningún relato y objeto-fetiche que la incumba y describa. Enfatiza en su gesto abandonado y fumante el despojo de su vida, de que No tiene nada para mostrar… el link al video es este:
https://vimeo.com/59339853Y el password es laschismosas.
5. Konkubinas de diktadores, parte 1, 2013, Otilia Heimat.
Este proyecto de Heimat es solo la punta del iceberg de Koncubinas, que es un blog bilingüe (http://www.konkubinasdedictadores.com/), en versión española uno y el otro en inglés, donde se archivan en las entradas diarias las historias de mujeres que han tenido una experiencia con el mito de EL PARAISO DE MAHOMA actualizado por del dictador Stroessner (una de las políticas más eficaces de su largo gobierno de 35 años, secuestrar y forzar a adolescentes, púberes, a formar parte de su “harén” de Primer Pene de la patria paraguaya –uno de sus tantos títulos y epítetos entre los cuales podemos recordar: el Primer Intelectual del Paraguay contemporáneo, Stroessner: el Maestro, Stroessner: el Estratego de la Paz, Stroessner: Fundador del Estado Moderno en el Paraguay, Stroessner: el Constitucionalista, Stroessner: el Santo de la Espada (de carey), Stroessner: el Caudillo, Stroessner: el Civilizador, porque Stroessner transformó la
civilización del Río Paraguay (sic) en civilización del Río Paraná (sic) -. Acá
tenemos un panel lleno de postales que son las transcripciones de los post o
entradas del blog (la versión en inglés es http://konkubines.blogspot.com/ … Ella se hizo el desafío de alcanzar la cantidad de entradas que coincidan con el número de semanas que duró la dictadura (quilombera) stronista. (“1820 en total, que equivalen a 1820 semanas que duro el stronismo. En parte es también una reflexión sobre vivir bajo el rubio en todo sentido”, según palabras de la propia autora). Ella asume -no sabemos con certeza si literalmente o solo como metáfora mimética, como empatía por el sufrimiento de cientos de jóvenes y de sus familiares- el lastre de ninfa descrisalizada por las hordas del dictador. En todo caso, queda claro que el estado stronista privatizó un “negocio” –la trata de personas- con total impunidad por décadas.
6. Pájaro Alto y Cántaro Buho, de Julia Isidrez, 2013.
Camille Paglia exhuma en sus investigaciones que las diosas del colapsado
matriarcado sobrevivieron en la nueva era patriarcal como pájaros de rasgos generalmente truculentos. Las cerámicas de esta artista me traen a la memoria esa idea. Y una cosa más, el avatar arcilla de estas aves en manos de nuestra artista celosa asumen los rasgos del mundo trash de la posmodernidad mediática. Sí, sus aves son horrorosas e intimidantes pero de una manera pop, de serie z, por ende, no les falta ese touch candoroso de las producciones baratas del industrialismo low life. Resumiendo, en Isidrez tenemos evocación del matriarcado legendario, artesanía local amasando el caolín cordillerano y guiño al kitsch del consumismo cínico.
7. POEMA CÓRPOREO, de Laura Mandelik, 2013.
Mujer de letras, es mujer que progresa, opa la silueta de coca cola - que aun era reconocible en sus curvas- o chau el canon de Policleto -que era homo, es decir masculino nomás-, acá es una mujer de letras, desiconizada, desfigurada, abstracta 100 por ciento, liberada al fin, como dicen NEGRI_HARDT: mujer del capitalismo cognitivo, no la decimonónica, anacrónica, industrial de EL CAPITAL de MARX, acá quien produce no es ya la máquina o la fuerza de trabajo físico, bestial, sino el intelecto, el General Intellect.
8. CÓDIGO DE BARRA, de Mónica González Brun, foto collage, 2013.
Las dos hélices modificadas con el bit forman un tejido étnico, chaqueño
acaso... en sus colores y la ilusión de huellas de animales que dejan en la
retina, como borra o resto de las modificaciones químicas o moleculares o
parches de un Frankenstein de centón medieval o patchwork posmo.
9. Claudia Casarino, sin título, videoinstalación, 2013.
Pintores, folkloristas, acuarelistas, escultores, poetas, camerámanes, se han
detenido ante otras vendedoras tenidas como “tipos” del hábitat paraguayo. La burrerita de Lambaré, la placera, la chipera, la alojera, la galopera, o la clásica kyguá-verá con velo de ñandutí, clavel en la trenza, typói y pollera de almidón. Aros de crisolita en las orejas, y anillos de ramales en los dedos: la kyguá-verá que baila en las enramadas o en las fiestas de salón con la botella en testa.
Todos esos tipos populares pintados por Sorozábal, Guevara, Holden Jara,
esculpidos por Marsal. Guacheados por Zubizarreta…Pero nadie, que yo sepa, se ha detenido como me detengo yo en las mañanas, al acecho mágico de estas simples humildes vendedoras. A las que llamo, con toda conciencia: cariátides.
Ellas, las vendedoras humildes de frutas, huevos y gallinas. Cariátides asunceñas (Revelación del Paraguay, Ernesto Giménez caballero)
Un díptico (dos plasmas que como dos hojas muestran dos fotos fijas enfrentadas en una posición de libro abierto) que muestra a un lado a una mujer llevando en equilibro un ayaka (de chipa suponemos), cuadro familiar aún en las calles del Paraguay, como podemos comprender al leer la cita larga del introito, y en el otro lado a una mujer equilibrando dos libros. Una imagen folklórica y otra ideal. Una del pasado y otra del presente-futuro. Una solemne, laboral, la otra lúdica, intelectual o banal. Una vendedora y una estudiante (¿equilibrista?, ¿“estudiante” para top model?) Los retablos con dípticos y trípticos están asociados al culto religioso. Este abordaje secularizado de dos mujeres no nos parece una profanación (en el sentido de Agamben, de desarticular un entramado, ideológico,anterior, para negarlo e invertirlo). Parece un homenaje o una mirada comprensiva, abarcadora y panorámica, sub specie eternitatis acaso, de dos realidades opuestas, de dos tiempos paralelos. Ambas sostenidas por mujeres. Por ellas, las equilibrista par excellence en nuestro país.
La muestra Women’s work se completa con obras de Ysanne Gayet (Pájaros sin techo, serigrafías de tema ecológico sobre remera y el otro sobre lienzo), Lucy Yegros (Homenaje a Josefina Plá, 2013, serie de retratos en técnica mixta), Cira Moscarda (muestra de sus originales, copias mecanografiadas y manuscritos en un mueble de cristal) y Anabrisa Caballero (Cuadernos ínfimos, foto collages, 2013).
La mirada del primer mundo sobre el Paraguay en WW no cuaja en el exotismo gore o la porno miseria típicas y rutinarias. El recorte final propuesto por la curadora, sin embargo, a veces, sólo unas pocas veces, reposa demasiado sobre “la muerte del autor”, que en este caso es enfatizar el género por sobre las obras. Entre el género y las obras hay un hiato donde emerge una voz fantasmal que la llena de noise entrópico. Que la come por dentro. Pero su propuesta capea todo esto al atreverse a mezclar humor con denuncia social, localismo con tecnología,paranoia posmoderna y savoir de la mano femenina... Conformando una imagen final de mujer (y de artista, sobre todo) paraguaya de rostro proteico y naturaleza flotante.
Cristino Bogado, Asunción, 1967
Autor de Amor karaíva, Milena Caserola 2010, Buenos Aires
Participó con el cuento epónimo en Los chongos de Roa Bastos, VVAA (Santiago Arcos, 2011)
En mayo de este año editará Contra el Futbol y otros nihilpoemas y en setiembre su no-vela Pindó Kuñakarai en Baires.
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