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El lugar donde los saunos y yo nos dimos cita, la casa de uno de ellos, por esas cosas del destino tiene sobre la entrada un gran cartel que dice “Centro de estética”. Una coincidencia de las que a mi entender sólo ocurren cuando las cosas van bien encaminadas. Como era de esperarse, me recibieron muy cálidamente. Alrededor de una mesa redonda, entre obras de arte y máquinas de gimnasio, puntuados por una picadita y un par de botellas de vino, hablamos por horas. Embriagado y seducido, olvidé que estábamos en una entrevista y me dejé llevar.
Sensualidad que atrae y aúna
Pablo: ¿Cómo se conocieron?
Juan: Por vías amistosas que se fueron trazando. Dany y yo vivimos juntos hace trece años. Charlie es amigo mío. Mariano es amigo de Dany, nos fuimos acercando. Marcelo es amigo de ambos, hace un par de años nos hizo una entrevista y después nos seguimos viendo. A Guido lo conocemos del circuito de las galerías.
Guido: Todos habíamos leído alguna que otra cosa del otro, sobre la obra o sobre otros temas. Había un interés por cómo funcionaba el pensar de cada uno.
Marcelo: Creo que todos teníamos intenciones parecidas, ganas de encontrar un espacio donde decir lo que pensábamos respecto de las artes visuales. Nuestras conversaciones abordaban también temas que pasaban por fuera de este ámbito, relaciones con el cine, con la literatura, con el consumo, con la cultura en general. La idea fue de Dany, primero pensamos en un blog, después fue tomando forma la revista, en la que cada uno de nosotros escribe algo desde su lugar. La junta es bastante diversa, Mariano es museólogo, yo soy periodista, Juan, Dany y Guido son artistas y Charlie es también un artista que viene del comic. Incluso dentro de las artes visuales cada uno tiene un enfoque particular. Las obras de Dany y Juan y Guido son muy diferentes entre sí, los tres trabajan sobre distintas cosas. Además, también contamos con la experiencia que tienen Juan y Dany editando libros de arte. Con todo eso se generó este espacio que empezó a tener vida propia y a generar sus propias leyes.
Juan: Y es horizontal. Funcionamos como una democracia.
Pablo: El nombre Sauna sugiere un montón de cosas: hedonismo, placer, sexo…
Dany: Eso nos une. El deseo, el deseo por el arte, el deseo por el sexo, los seis somos gays. El sauna es un lugar donde se juega el deseo, además de otras cosas, como lo terapéutico de curar el alma y el cuerpo, el arte también tiene eso. Pero sobre todo el deseo. Y el deseo de fortalecer la amistad nuestra. En la mayoría de los casos, salvo con Juan que estamos juntos hace tiempo, entre todos nos fuimos conociendo y sentíamos las ganas de conocernos más.
Pablo: ¿Juega también el deseo de seducir al lector, por ejemplo al aparecer desnudos en las fotos del staff?
Marcelo: Algo de seducción y algo de provocación. Aparecer desnudos tiene que ver con romper las formas. El mundo del arte es sumamente formal, tiene sus leyes sacrosantas. Se mueve una energía que es muy erótica, en la obra misma, en las conversaciones, en las relaciones de los actores de este mundo, pero siempre hay cosas que no se dicen o se dicen en voz baja. Sacarnos la ropa es proponer un juego de desnudos, de hablar a calzón quitado y que eso que flota en el aire se ponga en imágenes, en palabras.
Guido: Es una manera de acercar también algo que siempre se percibió lejano, la crítica parece impermeable, inaccesible y tan rígida…, eso que sucede con la intelectualidad que a veces repele por soberbia. Por el contrario, la sensualidad atrae y aúna. Es una buena herramienta para, sin dejar de escribir lo que escribimos, generar un interés más allá del gueto.
Mariano: Tratamos de desacartonar el ambiente.
Pablo: Entre los invitados a participar de SAUNA hay muchos a quienes admiro y quiero, Alberto Goldenstein, Marcelo Pombo, Nushi Muntaabski, Leo y Daniel, Fabiana Ímola… Hasta ahora, a ustedes los conocía apenas por Facebook, sin embargo los siento muy cercanos, hay una familiaridad y un ojo para mirar el arte con los que me siento identificado.
Dany: Justamente Alberto dijo que la revista le resultaba afín. Se está juntando un montón de gente que si no se conocía, se tiene puesto el ojo y acá se está conociendo.
Pablo: ¿Coinciden en una manera de mirar?
Dany: Discutimos mucho todo. A quién vamos a entrevistar y por qué, de qué muestras vamos a hablar. No es que cada uno sale a buscar y después queda una mezcla, una feria rara. Funcionamos como editores y encontramos la unidad. Los gustos son distintos, pero discutimos y llegamos a un acuerdo, eso es lo que más nos atrae, nos hace pensar e investigar más, darle más profundidad al punto de vista.
Pablo: ¿Cómo funcionan en el equipo las distintas miradas?
Juan: Marcelo aporta mucho desde su lugar de periodista, tiene más consciencia de espacios y de líneas. Nos formatea bastante pero a veces podemos quebrar eso y ese juego es bastante divertido.
Marcelo: Yo a veces siento que estoy con niños, estamos ante cosas básicas y ellos en su afán de decir las cosas como las ven, que es el metier del artista, se pasan de largo cosas básicas de la cuestión editorial, pero a la vez eso hace que sauna sea una revista muy especial que en alguna medida viene a romper las reglas. Por otro lado, yo en lo personal aprendo mucho de ellos. De alguna manera me guían en el análisis de la obra, me sitúan. Casi te diría que no podría largarme a escribir sin antes comentar el tema en el sauna, aunque más no sea para confirmar lo que pienso. Esta construcción colectiva es también la que nos diferencia de otras revistas de arte que parecen un rejunte de gacetillas o textos muy volados. Creo que nosotros estamos construyendo un espacio que va más allá de pasar información.
¿Y a vos, Mariano, como museólogo, que te parece esta manera de trabajar?
Mariano: Me costó un poco al principio. Miraba el arte contemporáneo desde afuera y me llamó la atención esta manera de trabajar, tanta discusión, tanto disenso, incluso no estaba de acuerdo con el nombre. Imaginate, venía del museo. Generalmente me engancho con muestras que son más historicistas. El sábado fui a Proa a ver esa muestra Sistemas, Acciones y Procesos, y me gustó todo, porque es explicativa, porque es pedagógica. Igual me voy soltando. Al principio mis textos parecían monografías, con notas al pie y toda esa paranoia de la facultad. De repente me doy cuenta de que puedo decir lo que pienso y sostenerlo. No arbitrariamente, sino libremente. Ahora, viendo los resultados, me siento muy tranquilo. Hay un método, una fórmula que permite que las cosas salgan como salen.
Pablo: ¿Una fórmula secreta?
Mariano: Es medio un misterio.
Juan: Es química.
Pablo: En uno de los comics de Charlie Goz, aparece la idea de antropofagia, de que nos estamos comiendo todos entre todos, lo que por un lado suena muy competitivo pero también muy sexual. Aparecen dibujados, además, personajes que creo saber quiénes son, pero seguro me pierdo de muchos otros y de muchos guiños.
Charlie: Siempre aparecen personajes, artistas, periodistas, curadores, obra de artistas. La mayoría de los guiones de los comics los charlamos entre todos, nos ponemos de acuerdo y los largamos. Siempre hay una conexión con algo que nos pasó a nosotros o que está pasando alrededor. El último número fue sobre lo que sucedió con Banksy en el Borda. También está la relación de esta pareja que son Dr. Selva y Kid Yarará que con el devenir se van poniendo más sexys. Hay algo de pederastia ahí, entre el crítico maduro y el artista principiante. Algo del amor socrático.
Juan: Al curador le divierte que este chico se desbande un poco, que se vaya por ahí con chicos y con chicas, cuando en realidad lo está educando.
Dany: Y también aparecemos nosotros como personajes. Hay un episodio en el que Kid Yarará dice “Yo ya me curtí a cinco de los seis”, sembrando la duda de quién es el que falta. Nos gusta jugar con la idea de promiscuidad.
Juan: Siempre aparece lo orgiástico. En la producción de fotos de este número, hay una idea de que estamos todos deseándonos de alguna forma, lo que le da una temperatura a la revista. Y a la vez pretende ser un juego inclusivo, que el lector se sienta parte de todo esto.
"La heterosexualidad es el opio de los pueblos"
Pablo: ¿Existe una mirada gay sobre el arte?
Dany: Está el ojo de la loca, que tiene una mirada más estética, que se fija más en los detalles y a la que le gusta lo cultural. El arte es su campo.
Juan: Existe, y si no existe es una coartada.
Marcelo: ¿Sueña el androide con ovejas eléctricas? No sé si nosotros podemos decir si hay o no un ojo gay. Creo que en ningún momento ponemos de manifiesto un punto de vista gay. Lo que hacemos nosotros es mirar.
Juan: Más allá de la revista, sí hay una mirada gay en general, creo que es una mirada ramplona, simplificadora en algunos casos, achatadora.
Dany: No tenemos nada político con lo gay. Gozamos con eso y es un juego más. Hacer arte es un juego, escribir sobre arte es un juego y la sexualidad es un juego.
Juan: La política es el goce.
Dany: Jugar y divertirnos.
Marcelo: Bruce LaBruce dice que la heterosexualidad es el opio de los pueblos. Si hay una mirada
gay, creo que es la mirada de una persona que se enfrentó a sus fantasmas, que cruzó el mar a
nado y que está de vuelta de ciertas cosas, un viaje que no todos los heterosexuales hicieron, y
que por supuesto tampoco hicieron todos los gays. Pero si te decís gay y te autoafirmás como tal,
es porque has combatido un par de batallas.
Pablo: Una mirada que va contra lo heteronormativo…
Marcelo: Que defiende su propio deseo, que escribe sus propias leyes.
Dany: A diferencia que en otros años, creo que hoy ya no importa tanto hablar de la sexualidad, hoy se mete como un ingrediente más.
Juan: Y creo que en este tiempo en particular hay una alegría en esto de ser gay. Hoy en la Argentina la vida de un gay es mucho más alegre que hace cincuenta años. Sauna participa un poco de esa alegría que se respira en el aire, no solo acá sino en el mundo.
Pablo: En Sauna se evidencia una alegría. Hay grupos que reconozco dentro de esta línea, artistas del Rojas, de Belleza y
Felicidad, o artistas como Prior, que es de una generación anterior, gente que hizo una estética de esa alegría ¿Por dónde pasa la línea editorial?
Mariano: Por la diversidad. Queremos mostrar gente de veinte y gente de más de sesenta.
Juan: Tratamos de mirar todo el panorama de arte contemporáneo argentino y puntas que llegan de afuera.
Dany: Las instalaciones, las intervenciones urbanas, la performance, pero también la pintura y las disciplinas más clásicas. Lo que nos gusta a nosotros.
Marcelo: Hemos tratado de sumar a gente más grande pero por distintas circunstancias no siempre aceptaron.
Juan: Una de las limitaciones es el medio electrónico. Hay gente de más de sesenta y cinco años que raramente lee una revista en formato digital y a la que le parece una pérdida de tiempo hacer un aporte a eso.
Pablo: Sin embargo el soporte digital permite una calidad que muchas veces en la revista impresa falla.
Juan: Y nos permite la libertad enorme de no estar sujetos a lo comercial. Si tuviéramos que salir a buscar los avisos, sería una locura. Así tenemos una revista como queremos a cambio de un hosting de 100 pesos al año.
El amor y la crítica
Pablo: A veces me pregunto, como crítico, qué importancia tiene bajar el pulgar y decir que algo no nos gusta, o cuánto más importante es decir lo que sí nos gusta.
Marcelo: Podría decir que nos tomamos muy en serio el arte, el arte como religión, como filosofía de vida. Toda crítica implica ponerse en el lugar del juez. Decir “esto está bien” o “esto está mal” implica y tiene que ver un poco con afirmarse en las creencias. Hay artistas que realmente hacen del arte, carne, que se juegan de lleno y se la bancan, y en eso se juega el sentido de su hacer y su existir. Creo que esas personas encuentran en Sauna una especie de oasis, de alivio, de lugar donde pueden abrevar y sentirse como en casa, entre pares.
Dany: Adopto las dos posturas, con las dos se aprende. No es solamente bajar el pulgar, estás explicando por qué algo no te gusta. Lo más importante es el análisis. Si la iluminación fue horrible, si la obra no me gusta tanto comparada con la producción anterior de ese artista… A mí no me gusta decir si es buena o mala, prefiero decir si me gusta o no me gusta, es más personal. En ambos casos, lo que valoro es el análisis.
Juan: Yo no iría a una galería a buscar acorralar una obra que no me gusta. Pero si está puesta
en relieve por algún factor, que puede ser una gran publicidad, o porque encarne algún valor
arquetípico, ahí sí puede ser que me den ganas de ir y discutir la muestra. Creo además que es
algo que acá falta. Porque hay una crítica literaria que moderadamente discute, también veo
debates en revistas y diarios de afuera, donde hay un ida y vuelta de notas cruzadas, de cartas de
lectores que se meten y opinan. Acá es mínima pero existe, la crítica literaria adversa, existe desde
luego en teatro, en cine, en danza, pero curiosamente en las artes visuales, no. Hay cobertura,
textos sacados de la gacetilla, incluso en los escritores que me gusta cómo escriben sobre arte,
pero de los que muy pocas veces leo comentarios ásperos. A veces se los permiten más con cosas
de afuera, como las bienales, sobre las que dicen cosas que no se permiten decir sobre lo que pasa
acá. Me parece que ahí hay un capítulo que nos interesó investigar.
Dany: no se trata de crítica destructiva, sino de libertad de crítica, de tener la libertad de decir lo que uno piensa.
Juan: Siempre que se pueda sostener con una idea.
Guido: Para mí hay algo fundamental en la oposición para la comprensión. Es sabido que si no existiera lo feo no se sabría qué es lindo, igual con lo bueno y lo malo, y con todas las categorías posibles. Yo, que arranqué en la revista con un texto bastante duro para con un artista, siento que sirvió mucho para la compresión de la idea, el porqué de un “esto no” para saber por qué “esto sí”.
Dany: Los críticos de los medios más importantes con los que hablamos de estos temas dicen que tienen poco espacio y que prefieren ocuparlo en lo que les gusta. Lo raro es que lo que eligen es lo que pasa en las galerías más importantes, en las instituciones más importantes, entonces hay una selección de la selección y nunca se llega a lo otro.
Marcelo: Siguiendo con lo que decía Juan, en el primer número escribí sobre un artista “joven” que estaba exponiendo en Ruth Benzacar (que debe ser la galería más sobresaliente de Buenos Aires), un chico de mediana edad que hacía dos meses había tenido una retrospectiva en el Centro Cultural Recoleta. La obra realmente era atractiva visualmente, pero la verdad es que no encontraba nada debajo de la superficie. Entonces, ante tanta pompa, necesitaba decir que ahí no había nada, que el rey iba desnudo. En contraposición, en el último número, quería escribir sobre una muestra que no me gustaba, que me parecía un pastiche, pero la analicé, analicé, analicé, y finalmente no escribí porque no llegué a construir una idea. Entonces, no es tirar a matar, a veces uno tiene la necesidad de decir esto no, pero para eso es necesario alcanzar el concepto.
Pablo: Lo que se percibe es que la revista tiene mucha adhesión.
Mariano: Pasa que te encontrás con gente que no conocías y que te lee, o te dice que usa la revista para dar clases, notas que generan discusiones.
Juan: Aprovechamos un momento especial en cuanto a la prensa de arte. Ramona, que fue el referente durante muchos años, fue desdibujando su perfil. Mucha gente fue migrando y quedó como un híbrido.
Pablo: Ramona surgió con un formato muy original que era todo texto y nada de imágenes.
Dany: Que era justamente lo que buscaban todas las revistas de arte, tener cada vez más fotos.
Juan: Y buscaba la polémica. Yo creo que lo de hoy es casi destructivo sobre lo que hicieron. Es la negación de lo que pasaba antes.
Marcelo: Hoy Ramona no existe. Cuando googleo algo sobre la actualidad y aparece en Ramona ni lo miro. En cambio, si estoy buscando algo que pasó hace seis o siete años, es la primera referencia. Hubiera sido más digno que decretaran la muerte.
Juan: En esa ausencia nos posicionamos un poco. Me pasó esta semana que estaba escribiendo para otro medio, y las referencias eran dos notas que habían salido en Sauna, escritas por invitados. Ahí caí en la cuenta del material que estábamos publicando.
Pablo: Pienso también en Canecalón, la revista que hicieron Nushi Muntaabski y Raúl Flores…
Dany: …que duró poco pero fue muy buena. Y otro referente que no es de las artes visuales, sino del cine es El Amante, la sigo desde que empezó y me parece un modelo a seguir. Por la manera en que escriben, por el tipo de crítica que hacen: sobre una misma película, escriben tres personas, dos la destruyen y uno la salva.
Juan: Y a los dos meses aparece otro y dice, ahora la vi yo y quiero seguir discutiendo.
Dany: Eso me encanta. Radar también. Y el suplemento Soy. En general soy fanático de los suplementos culturales. Esta revista fue un poco jugar a eso, a tener nuestro propio suplemento.
Pablo: Muchos suplementos culturales tienen esa cosa anquilosada, poco vital.
Juan: Hay algunos durísimos. Yo voy seguido a Uruguay y cuando veo el suplemento de cultura del diario El país, que sale los viernes, es de un anquilosamiento feroz.
Dany: ADN y Ñ también, pero creo que es porque mantienen sus formatos siempre iguales y eso los hace necesariamente volver sobre lo mismo. Nosotros estamos contentos con el formato que tenemos, pero a la vez estaría bueno hacer algunos cambios. Los suplementos de cultura están muy duros. A mi me siguen atrayendo, pero me gustaría que se sacudan un poco.
Pablo: También influyen los compromisos. Se ve mucho en las secciones de libros. Quizás el ejemplo de quien rompió con eso fue Daniel Link cuando dirigía Radar Libros, que empezó a dar lugar a autores y ediciones independientes.
Marcelo: Radar, me parece, tiene una frescura que otros no tienen. Libros que no se van a editar, películas que no se van a ver, cosas de la cultura popular, cosas que pasan afuera y no necesariamente son mainstream.
Pablo: Pensaba también en la revista Lunfarda, que surgió también en la era digital, casi al mismo tiempo que ustedes.
Dany: Nos encanta. Notas raras, fotos raras. Un poco más estética que Sauna. Bueno, justo Gustavo Di Mario hace esta tapa para este número, no es casual. Lo digital favorece este intercambio. Otra revista que encontré esta semana es La marica ilustrada, con notas muy divertidas, culturales y de todo tipo.
Juan: Yo sigo muchos blogs, me gusta perderme en la blogósfera. El blog de Cipollini me divierte.
Pablo: Cippolini también generó algo nuevo, ¿no?
Dany: Para nosotros es un referente.
Pablo: Pensaba en el amor. La idea del amor en el arte. ¿Hay afinidad amorosa con los artistas que eligen?
Dany: Claro, todos los artistas que elegimos nos gustan mucho. Y hay muchos esperando. También por afuera de las artes visuales. Hace un par de números entrevistamos a Rafael Spregelburd y tenemos otros en mente. Hoy hablábamos de Lucrecia Martel que hace cine pero que linkea con las artes visuales. La queremos en Sauna.
Juan: Y también vamos haciendo una apertura internacional. Ese es un factor que refresca. Esta bueno mirar afuera.
Dany: Lo de Bruce LaBruce, por ejemplo, surgió por un amigo en común que lo propuso. Es genial empezar a tener propuestas, y aparecen cada vez más.
Pablo: La Argentina está viviendo un gran momento en arte, literatura, cine…
Juan: La cantidad de cosas que pasan en Buenos Aires es impresionante.
También está pasando en San Pablo. Pensando en Latinoamérica, te diría San Pablo y Buenos Aires. Afuera, diría Nueva York, Londres. El resto lo veo apagado. Sobre todo las cosas oficiales, vas a España y te encontrás con espacios enormes que son gigantescas cajas para muy poca cosa. La gente sale un poco repugnada de todo eso, como dirían los cubanos.
Marcelo: Antes preguntabas si se jugaba el amor en todo esto. Y a mí me quedo picando. Me pasa que, justamente porque uno está dispuesto a criticar, a hablar mal, también pienso mucho en el otro como persona. Al principio no, trato de ser lo más objetivo posible, pero después, cuando sé más o menos lo que quiero decir, trato de buscar la manera más amorosa de decirlo. En ese sentido tuve situaciones difíciles porque me tocó ser crítico con gente que me atendió muy bien, que fue muy cordial, y sobre todo gente que le puso amor a su trabajo, entonces la critica te enfrenta a situaciones difíciles que es un poco como hacer el amor, ese juego de revolcarse, de poseer y de dejarse poseer por el otro.
Juan: Yo creo que cuando uno hace crítica se ofrece a un juego ambivalente. No hay forma de escapar de eso, es como ser jurado en un concurso, hay gente que no va a estar conforme.
Charlie: A veces las personas se lo toman como algo personal.
Mariano: Porque no está asumido el ejercicio de la critica.
Juan: Justo el otro día leí un libro de Charlie Feiling sobre esto, donde comentaba que salía Norman Mailer y hacia mierda a, suponte, Gore Vidal, y el otro le contestaba otra cosa tremenda, pero después se juntaban y se iban a tomar una cerveza porque se sobreentendía que era un debate literario.
Dany: no me acuerdo quién decía que la crítica bondadosa es para los pueblitos, que con la crítica bondadosa no estás enseñando nada al público.
Marcelo: Juan y Mariano han sido críticos con muestras de Proa y Adriana Rosemberg se acercó a Juan para decirle que la nota le había gustado.
Guido: Finalmente todos prefieren ser criticados, para bien o para mal; para el ego de un artista o curador lo peor es pasar desapercibido, y si de entrada resultó molesto un comentario, a la larga se agradece. Así nos pasó a nosotros y le pasa a todo el medio artístico, hay una necesidad importantísima de espacios de pensamiento, y los plenamente independientes como éste, son más que bienvenidos. El tema es que hay algo súper morboso en eso de exponer tus vísceras como artista y después sufrir por lo que los demás dicen, porque uno como artista es, en definitiva, su producción, y al exponer tu obra te exponés a la mirada del otro, a la crítica del otro, un momento distinto al de producción puertas adentro.
Juan: Creo que cada uno conoce sus límites, porque cada uno desempeña otros roles, además de la crítica, no somos solo saunos. Yo soy artista y tengo colegas. Y un límite mío es no escribir mal sobre gente de mi propia camada. Si puedo criticar a gente más grande, que tiene más camino hecho, o a alguien que está empezando, o a alguien de afuera. Es algo instintivo que me dice que ese es un límite.
Charlie: Si yo tengo que dibujar a algún personaje conocido, trato de hacerlo bello. Mi crítica en el dibujo es benigna.
Pablo: A Laura, si es Laura Buccellato, se la ve muy rejuvenecida.
Dany: Julio Sánchez no se reconoció.
Charlie: Se quejó un poco. Quizás por el gesto.
Guido: ¿O por el abanico?
Juan: Es un retrato muy bueno.
Pablo: Me queda una pregunta: Está, además del sauna terapéutico, el sauna como lugar de sexo por dinero, donde aparece la cuestión de pagar, o del valor…
Dany: Hay algo de eso, los valores que se manejan en el mercado son rarísimos, sobre todo en Argentina. Hay quienes no tienen cotización y quienes tienen una cotización muy alta. Y ves que ese que cotiza, lo que más hizo fue moverse bien, acostarse con quien se tenía que acostar. Quizás no se acostó pero llegó a quien tenía que llegar y le hizo el jueguito.
Juan: Eso tiene que ver con la estética relacional de la que habla Bourriaud, que sostiene que el arte de este tiempo es el arte de relacionarse y de cómo se van vinculando las personas.
Charlie: El talento de las relaciones forma parte de la construcción del artista, es inherente.
Dany: Nosotros tenemos unos volantitos iguales a los que ofrecen sexo en los teléfonos de Once, y por ahí los dejamos en la calle, los mezclamos, entonces vos te llevás ese y te llevás una revista de arte.
Guido. Y ojalá alguno que busque sexo desenfrenado se encuentre con arte.
Pablo: Los galeristas, la trata de personas, el sexo libre, la antropofagia. ¡Todo muy Bruce LaBruce!
Dany: Todos somos parte de ese juego, llegás a la inauguración, ves quién está, y terminás hablando con quien te interesa. Te sentís una puta.
Marcelo: Creo que lo que te salva es que podés elegir con quién estar. Uno elige sus clientes.
Pablo Pérez - Escritor, nacido en Buenos Aires en 1966. Autor de Un año sin amor (Perfil, 1998), novela que adaptó para su versión cinematográfica junto a la directora, Anahí Berneri (BD Cine). También publicó El mendigo chupapijas (Mansalva, 2006) que adaptó como cortometraje, en este caso como productor, guionista y director. Es docente del Centro Cultural Ricardo Rojas de la UBA y escribe colaboraciones para el suplemento Soy del diario Página 12, entre ellas la columna “Soy positivo”, desde el año 2009. Algunas de sus publicaciones pueden leerse en su blog: http://egoputo.blogspot.com
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