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El joven galerista sale a cazar nuevos talentos con un premio entre los dientes. No es el galerista de trayectoria que ofrece un poco de prestigio a cambio de sachets de sangre fresca. Es el joven galerista jugando su prestigio futuro en ese joven artista que si todo sale bien le permitirá entrar al juego del galerista de trayectoria, quien a su vez sabe que en ese nuevo talento se jugara su prestigio pasado. En el mejor de los casos si el joven galerista llega a galerista de trayectoria podrá cambiar las reglas del juego. Pero eso es otro historia.
El joven galerista se llama cesar Abelenda y su galería, Pasto, está en los altos del Patio del Liceo. El centro cultural espontaneo, cada día mas parecido a un boliche, que de espontáneo no tiene nada, funciona como punto de encuentro del rock, el diseño y la moda. Además del arte, claro.
Desde ese lugar, el joven galerista lanza “+ Contemporáneo”, concurso de nuevos talentos que arroja 18 seleccionados. Las bases son las mismas que las de Currículum Cero, el legendario concurso de nuevos talentos que dirigía Orly Benzacar, solo que ajustadas al pequeño formato de manera que los trabajos quepan en el local de nueve metros cuadrados. El tema estuvo hablado con la galerista de trayectoria quien dio su bendición. Y su know-how. Las gestiones las hizo el agente todo terreno, Marcelo Gutman. El agente todo terreno se moría de ganas de ser jurado y como nadie lo llamaba inventó un concurso ad hoc. Le planteó la idea al joven galerista y juntos convocaron a Rodrigo Alonso. El curador emancipado viene a ser la pata institucional de la troika. Porque en el país de las instituciones abandonadas, el curador emancipado juega el rol de las viejas instituciones. En este proyecto Alonso sería algo así como el legitimador de los legitimadores. Y eso si que es novedoso.
Entonces, la plataforma de este concurso de nuevos talentos es una innovación en si misma. La obra de los jóvenes artistas seleccionados, no tanto.
Alonso lo define bien en el catálogo de otro concurso de nuevos talentos lanzado por el CCEBA en Agosto de 2010. “La expresión “arte joven” –escribe el curador emancipado– no denota de por si una categoría. Sin embargo, en los años recientes, se la ha utilizado como sinónimo de un tipo de creación particular identificada con la “espontaneidad” y la “frescura”, por no decir la inmadurez y la inconsistencia”. Mas adelante, en ese mismo texto dice que a los jóvenes artistas se los identifica “con el dibujo, la acuarela o la pintura en pequeño formato, u “obritas” que surgen con la facilidad y la rapidez de sus hormonas”. No podría haberlo dicho mejor. La definición le calza a cualquiera de estos trabajos. Ejercicios plásticos simplones con etiqueta de infantilismo retro: ilustraciones de libro de cuentos bizarro, figurita pseudo-enciclopedista, collage pop tardío, maqueta proto-conceptual. Las fotografías no son la excepción. Aunque técnicamente correctas, son escenas de la vida cotidiana que mejor olvidar, imágenes como las que hicieron famosa a Nan Goldin pero sin el sexo, las drogas y el rock. Como para que quede claro que el próximo niño terrible acá no está. Que no hay berrinche, ni ruptura, ni renovación, ni experimento. ¿La nada misma como signo de los tiempos? ¡Hasta eso ya fue!
El curador emancipado opina que juventud no es sinónimo de novedad. Ni novedad de algo bueno. “Estos chicos recurren a las estéticas que les son familiares para indagar en su propia subjetividad. Si ese camino es consciente, a mi me interesa”, dice Alonso.
El cronista desesperado por la novedad vuelve a mirar la obra.
La joven artista ganadora, Nadia Martinovich, pinta edificios en construcción. Pinta al oleo y usa como soporte las tablas encontradas en esas mismas obras que retrata. Tiene veinte años y pinta bien, pero pinta poco. Son fragmentos de composiciones esbozadas. Detalles que vienen a dejar en claro que puede hacerlo bien. Pero ¿para qué? La joven artista es de Flores, un barrio donde las casas antiguas son demolidas para que los nuevos desarrolladores levantes sus torres berretas. La arquitectura gloriosa de Buenos Aires deja paso a la construcción anodina de la globalización entrópica. El cronista desesperado por la novedad empieza a entender. Cuando el progreso es grande y pisa fuerte, el joven artista se refugia en lo conocido. Busca un pedazo de pasto donde tirarse panza arriba. En silencio. No hace mucho más que eso. Se queda ahí, mirando pasar las nubes. Cada uno le encuentra sus formas. ¿No las ven? Son perfectas.
+ Contemporáneo, se puede ver en Galería Limbo, Mendoza 965. Local 1, ciudad de Corrientes. Para mas consultas comunicarse con Galería Pasto, Av. Santa Fe 2729, local 43, teléfono 011 5930-1979, Buenos Aires. |
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