Sangre, Sudor y Piel, Identidad, Frontera
por Jorge Emanuel Espinho
 
     
 

Impotentes frente a las irreductibles limitaciones del cuerpo, prisión mayor, primera y última frontera, en este mundo inventamos las separaciones oficiales de los pueblos; circunscribimos a la tierra el espacio entero, reducimos a la geografía el enorme colectivo de la vida. Retaceamos, cortamos, dividimos. Creamos símbolos graves a los que nos amarramos, himnos y ritos serios como grandes clausuras, y luchamos por imponer al otro - y por lo tanto a nosotros mismos - la pertenencia a una naturalidad forzada.

Así nacemos ya marcados por el sello de la madre patria que nos amarra, aprendiendo letras de un folclore que no sentimos, oficialmente encajonados como piezas sueltas en la orgullosa forma mayor de un país cualquiera...

De algunas de estas cosas, así como de otras, tratan las obras exhibidas en la 8va Bienal del Mercosur - históricamente una de las zonas del globo con mayor tradición de turbulencia y opresión, guerra y desigualdad. Muchas veces autóctonos, o manipulados por el exterior, aquí hemos sufrido sanguinarios eventos y comisarios, que a hierro y fuego impusieron el dominio, la explotación y la muerte a una de las zonas más ricas y fértiles de la Tierra, cuna de algunas de las civilizaciones más complejas de la historia.

En esta muestra enorme, que abarca obras de 105 artistas venidos de 31 países, podemos separar las propuestas como aguas de dos corrientes - que a pesar de correr paralelas, apenas se mezclan.

Por un lado, tenemos un abordaje de naturaleza más simbólica y representativa, más formal. Se vale de símbolos tales como banderas, mapas o estatuas para deconstruir y cuestionar la estructura oficial y social de la realidad propuesta. La videoanimación de Alberto Lastreto, con un héroe que salta de pedestal en pedestal; los mapas cosidos de Anna Bella Geiger; la estantería de Jean-François Boclé, en la que diversos productos industriales nos miran en sus embalajes, y sostienen una espera; la obra sonora de Santiago Serra, en la que los himnos de los países del Mercosur se repiten superpuestos; el sarcástico clip musical de Jonathan Harker, para citar algunos ejemplos. En estos trabajos parece haber una gran preocupación en responder, en afirmar, en localizar; una irresistible tendencia a la caricatura, la ironía, hasta al humor... Parece que aquí algo fundamentalmente real se escapó, o no se tocó: o que todo es demasiado leve, o estrecho, o pequeño... Una excepción a esta lógica es el trabajo de Yanagi Yukinori, que parte de la irrealidad intrínseca de las fronteras artificiales, exacerbada por las migraciones - que ponen en discusión conceptos como nacionalidad e identidad. En Eurasia el artista presenta banderas de arena coloreada en cajas interconectadas, minadas por caminos de hormigas que excavan continuamente pasajes y túneles a través de ellas o entre ellas... Aquí, del carácter fuertemente simbólico del trabajo, se desprende una realidad clara que no necesita de trucos, efectos y palabras. Esta propuesta viva quiebra la artificialidad y el dogmatismo del discurso comercial globalizante, así como desenmascara la ideología pedante de la especificidad cultural del estado nación...

Por otro lado encontramos trabajos cuya fuerte propuesta revela la realidad, muchas veces de forma directa y dura, cruda y cruel; mostrando sin maquillajes ni rodeos los efectos y las heridas que el salvaje pasado impuso en la vida - en el alma y en el cuerpo - de la gente; los dolores de los que están hechos algunos partos... Tal vez el mayor ejemplo de un retrato atemporal y contemporáneo sean los videos Bocas de Ceniza, de Juan Manuel Echavarría, en el que varias personas cantan a capella las trágicas historias por las que atravesaron. Aquí la dureza de la realidad se impone con tal fuerza que todo interroga. La violencia absurda tiene lugar y pervierte lo conocido. Nos toca; son pequeños himnos acerca de hazañas bárbaras, brutales y tristes, que nos inundan superándonos.

Asumiendo una clara subjetividad en el criterio, se prefiere aquí la fuerza auténtica y poética, bruta y sorda, explícita, de la realidad desnuda, a los ejercicios de estilo, a los trazos del design artístico, a las armoniosas maniobras estéticas con símbolos respetables y estériles. El coraje expresivo de algunos testimonios dolorosos, la generosidad y la apertura conque son mostrados, el impacto honesto y real que provocan; todo va creciendo rumbo al lugar justo: hacia nuestra memoria sensible, nuestra consciencia y lo que tenemos de humano.

Otras dos obras se imponen en este texto y también son videos: la instalación Exorcismo, de Jose Alejandro Restrepo; y El Veneno del Baile, de Paco Cao. En el primero, frente a un santo hecho de yeso se proyecta el video de una intensa performance religiosa - según el artista "un diálogo trans-histórico", - que parece venir del fondo de los tiempos oscuros y aludir también a las enseñanzas/manipulaciones del cristianismo en las tierras indígenas. Manipulaciones estas, además, de una actualidad indiscutible... En el segundo caso, Paco Cao traza, en una transversalidad histórica - y partiendo de un libro que fue perseguido por la Inquisición, - una narración compuesta por rituales mágicos y de pasaje, ligados a la lógica del poder y al shamanismo, donde la danza es el medio de elevación y afirmación. También y siempre, sobre el otro.

Y sería triste que en la amplia dramaturgia de esta Bienal no hubiese lugar para la Utopía, o para lo que en algunos casos se va haciendo con ella.

Del primer Encuentro Mundial de Micronaciones, organizado en Helsinski en 2003, salió el colectivo Ykon; dedicado a alentar y apoyar la existencia de "naciones sin representación, países experimentales y pensadores utópicos", como formas alternativas de organización social, educación y pos-nacionalismo. El colectivo creó el Ykon Game, que será jugado en la Bienal, y prepara el Brioni Summit, encuentro de micronaciones y activistas que sucederá en 2013 en Croacia. Ykon destaca que "nacionalidad y estado son construcciones mentales y socio-culturales recientes, que pueden ser sustituidos por otras formas de participación e identidad".

A veces los paisajes nos sorprenden... tal es la fertilidad caótica y colorida de algunos caminos.

Manuela Rivadaneira clava en la pared un cuchillo que podría estar en el suelo, en la sombra se lee Hago mío este territorio! Tal vez más que el deseo de posesión o propiedad, estemos aquí reconociendo la idea de la tierra a la que podemos verdaderamente pertenecer; la nuestra: única, específica y particular, aspecto exterior de una completud en la vida, asumida esa ambición. Reclamando solamente lo que es nuestro, la artista sugiere aquí el reconocimiento y la apropiación del lugar físico propio como afirmación primordial y última de la existencia. También esta obra parece contener en sí la semilla primera y pura de una historia mayor.

Cortázar, hijo de Buenos Aires que nació en Bélgica y vivió en París, escribió un día...

La Patria

Patria de lejos, mapa,
mapa de nunca.
Porque el ayer es nunca
y el mañana mañana.

Guardo un olor de trébol,
una calle con árboles,
un recuento de manos,
una luz sobre el río.

Patria, cartas que llegan
y otras que vuelven,
pájaros de papel
sobre el mapa volando.

Porque el ayer es nunca
y el mañana mañana.



Video Bocas de ceniza



Geopoéticas do Sul na Bienal de Porto Alegre

Sangue, Suor e Pele, Identidade, Fronteira



Impotentes perante as irredutíveis limitações do corpo, prisão maior, primeira e ultima fronteira, inventámos no mundo as separações oficiais dos povos; circunscrevemos na terra o espaço inteiro, reduzimos na geografia o enorme colectivo da vida. Retalhámos, cortámos, dividimos. Criámos simbolos graves a que nos amarrámos, hinos e ritos sérios como grades fechadas, e lutámos a impôr ao outro - e portanto a nós próprios - a pertença a uma naturalidade forçada.
Vamos assim nascendo já marcados com o carimbo da mãe pátria que nos amarra, aprendendo letras de um folclore que não sentimos, oficialmente encaixotados como peças soltas na orgulhosa forma maior de um país qualquer...

De algumas destas coisas, e bem de outras, tratam as obras apresentadas na 8ª Bienal do Mercosul - históricamente uma das zonas do globo com maior tradição de turbulência e opressão, guerra e desigualdade. Muitas vezes originários ou manipulados pelo exterior, aqui se fizeram chegar sanguinários eventos e comissários, que a ferro e fogo impuseram o dominio, a exploração e a chacina, a uma das zonas mais ricas e férteis da Terra; berço de algumas das civilizações mais complexas da história.
Nesta enorme mostra, que envolve obras de 105 artistas vindos de 31 países, podemos separar as propostas em águas de duas correntes - que apesar de escorrerem paralelas, raro se misturam.
Por um lado uma abordagem de natureza mais simbólica e representativa, mais formal. Esta parte de simbolos tais como bandeiras, mapas ou estátuas para desconstruir e questionar a estrutura oficial e social da realidade proposta. A videoanimação de Alberto Lastreto, com um herói que salta de pedestal em pedestal; os mapas costurados de Anna Bella Geiger; a prateleira de Jean-François Boclé, em que vários produtos industriais nos fitam nas suas embalagens, à espera; a peça sonora de Santiago Serra, em que os hinos dos países do Mercosul se repetem sobrepostos; o sarcástico clip musical de Jonathan Harker; para citar alguns exemplos. Parece haver porém nestes trabalhos uma preocupação grande em responder, em afirmar, em localizar; uma irresistível vontade de caricatura, de ironia, até de humor... Parece que aqui algo de fundamentalmente real se escapou, ou não se tocou; ou que tudo é demasiado leve, ou estreito, ou pequeno... Uma excepção a esta lógica será o trabalho de Yanagi Yukinori, que parte da irrealidade intrínseca ás fronteiras artificiais, exacerbada pelas migrações - que põem em causa conceitos como nacionalidade ou identidade. Em Eurásia o artista apresenta bandeiras de areia colorida em caixas interligadas, minadas por carreiros de formigas que escavam continuamente passagens e túneis através delas, e entre elas... Aqui, do carácter fortemente simbólico do trabalho, desprende-se uma clara realidade que dispensa truques, efeitos e palavras. Esta proposta viva esmaga a artificialidade e o dogmatismo do discurso comercial globalizante, assim como desmascara o ideário pedante da especificidade cultural do estado nação...

Por outro lado encontramos trabalhos cuja forte proposição desvenda a própria realidade, muitas vezes de uma forma directa e dura, crua e cruel; mostrando sem floreados nem rodeios os efeitos e as feridas que o passado selvagem impôs na vida - na alma e no corpo - das gentes; as dores de que se fazem alguns partos... Talvez o maior exemplo de um retrato intemporal e contemporâneo sejam os videos Bocas de Ceniza, de Juan Manuel Echavarría, em que várias pessoas cantam a capella as trágicas histórias por que passaram. Aqui a dureza da realidade impõe-se com tal força que tudo questiona. A violência absurda perverte o conhecido, acontecendo. E toca-nos; em pequenos hinos sobre façanhas bárbaras, brutais e tristes, que nos inundam transbordantes...

Assumindo a subjectividade clara do critério, prefere-se aqui a força autêntica e poética, bruta e surda, explícita, da realidade nua; aos exercicios de estilo, aos esboços de design artistico, ás harmoniosas manobras estéticas com simbolos respeitáveis e estéreis. A coragem expressiva de alguns testemunhos, dolorosos, a generosidade e abertura com que são mostrados, o impacto honesto e real que provocam; tudo caminha crescendo, rumo ao lugar certo: a nossa memória sensivel, a nossa consciência, o humano que somos.

Dois outros trabalhos se impõem neste texto, também videos: a instalação Exorcismo, de Jose Alejandro Restrepo; e El Veneno del Baile, de Paco Cao. No primeiro, frente a um santo feito de gesso é projectado o video de uma intensa performance religiosa, - segundo o artista “um diálogo trans-histórico”, - que parece vir do fundo dos obscuros tempos e aludir também ás encenações/manipulações do cristianismo por terras indígenas. Manipulações estas, aliás, de uma actualidade indiscutível... No segundo caso, Paco Cao traça, numa transversalidade histórica, - e partindo de um livro que terá sido perseguido pela Inquisição, - uma narrativa feita de rituais mágicos e de passagem, ligados à lógica do poder e do shamanismo, em que a dança é o meio de elevação e afirmação. Também e sempre, sobre o outro.

E seria triste se na dramaturgia abrangente desta Bienal não houvesse lugar para a Utopia, ou para o que com ela se vai nalguns casos fazendo...

Da primeira Cúpula Mundial de Micronações, organizada em 2003 em Helsilquia, saíu o colectivo Ykon; dedicado a apoiar e encorajar a existência de “nações sem representação, países experimentais e pensadores utópicos”, bem como formas alternativas de organização social, educação, e pós-nacionalismo. O colectivo concebeu o Ykon Game, que será jogado na Bienal, e prepara o Brioni Summit, encontro de micronações e activistas em 2013 na Croácia. Ykon realça que “nacionalidade e estado são construções mentais e socio-culturais recentes, que podem ser substituidos por outras formas de envolvimento e identidade.”
Por vezes a paisagem surpreende-nos... tal a fertilidade caótica e colorida de alguns caminhos...

Manuela Ribadeneira crava na parede uma faca que poderia estar no chão, na sombra lê-se Hago mío este territorio! Talvez mais do que o desejo de posse ou propriedade estejamos aqui a entrar na ideia da terra a que verdadeiramente possamos pertencer, a nossa única, específica e particular, parte exterior de uma completude na vida, essa ambição assumida. Podendo reclamar obviamente apenas o que nosso for, a artista sugere aqui o reconhecimento e a apropriação do lugar fisico próprio, como afirmação primordial e última da existência. Também esta obra parece conter em si a semente primeira e pura de uma história maior ...

Cortázar, filho de Buenos Aires nascido na Bélgica e vivido em Paris, escreveria um dia...

La Patria

Patria de lejos, mapa,
mapa de nunca.
Porque el ayer es nunca
y el mañana mañana.

Guardo un olor de trébol,
una calle con árboles,
un recuento de manos,
una luz sobre el río.

Patria, cartas que llegan
y otras que vuelven,
pájaros de papel
sobre el mapa volando.

Porque el ayer es nunca
y el mañana mañana.


Video Bocas de ceniza




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Jorge Emanuel Espinho tiene 42 años y es portugués. Vive en Río de Janeiro y se dedica a escribir para ambos lados del Atlántico.


Jorge Emanuel Espinho tem 42 anos e é português. Vive no Rio de Janeiro e dedica-se à escrita, para ambos os lados do Atlantico.

 

     
 
     
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Año 2 - Numero 15
Tapa
Editorial + Staff
Casado con el arte
Entrevista a Nick Cave
por Juan Batalla
     
Entrega de Premios Concurso de textos Sauna
     
Producción gráfica
por Ezequiel Black
     
En el precipicio
Entrevista a Sanford Biggers
por Juan Batalla
     
Teorías instantáneas
Reveladas en BA Photo
por Guido Ignatti
     
Curvas azules en bandeja de lata
sobre Gabriel Baggio en Fundación Klemm
por Mariano Soto
     
Hay otros mundos pero no están en este
sobre Sopor de Rosa Chancho en Mite
por M.S.Dansey
     
Vitalidad acrecentada
sobre las muestras de N. Cave y S. Biggers en NY
por Juan Batalla
     
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Elogio de la luz
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