Cristina Schiavi, Magdalena Jitrik y Esteban Álvarez en diálogo.
por Guido Ignatti
 
     
 


Lo que se planteó como una entrevista derivó en una conversación casi sin preguntas y con puras enunciaciones. Todos sabíamos de lo que hablábamos y lo poníamos en palabras afirmando lo que pensamos con el apoyo del discurso del otro. El grabador tuvo que repentinamente irrumpir para no perderse de nada, entre vasos, bocados y las ideas sobre la mesa.




EA: ¿Así que hay algunos que donan y otros que no donan? ¿Cuántos son? ¿Cuántos hay en la muestra que no donan? Ella no sabe, nadie sabe.

CS: Hay algo que la mata que para mi es fundamental, es la falta de documentación. O sea, tanto a nosotros (Últimas Tendencias I) como a ustedes (Últimas Tendencias II) ella nos pidió -el museo nos pidió- donar, y sin embargo en los papeles aparecemos los artistas pidiendo que el museo nos acepte la donación. Eso es una falsificación de documentos. Y es por alguna razón, debe haber alguna ley que impida al museo pedir donaciones. Si fuera todo tan transparente y no existiera nada ligado a la extorsión tendríamos que tener el mismo papel firmado todos y las condiciones bien claras, la trasparencia no existe.

MJ: Extorsión suena un poco fuerte, porque en definitiva operó una presión simbólica con el hecho de entrar o no al museo.

CS: Sí, y es abuso. Existe, en derechos humanos, la figura del abuso cuando hay asimetría de poder.

MJ: Claro, fue muy difícil negarse a la oferta que te hacían.

GI: ¿Es por esto que terminaron después otros sumándose tímidamente al reclamo que hacían ustedes a la protesta sobre el pedido de donaciones?

EA: No, ojo, que la convocatoria a la reunión conjunta fue originada por un pequeño grupo de artistas donantes que estaban incómodos con la situación, ellos prendieron la mecha. Había un ambiente muy volátil y todos nos prendimos, donantes y no donantes. Yo había estado hablando con Cristina de publicar algo, todos estábamos incómodos, pero esto lo iniciaron los donantes.

CS: En ArteBA ya se trataba este tema, en la radio del proyecto de Ana Gallardo, Mariela Scafati y Elisa Estrada entre otros lo planteamos, también en una mesa de coleccionismo. Queríamos saber qué pensaban los coleccionistas de este tema, estaban horrorizados, pero culpabilizaron rápidamente al Estado: si el Estado no aporta, los únicos que pueden aportar son los artistas. Otra cosa que no me gustó es que desde el museo no solo te piden donar, además te dicen la obra que tenés que donar, ni siquiera nos dejaron el criterio de selección sobre lo que íbamos a darles. Ellos eligieron la pieza.

MJ: Hubo casos en que sí y otros en que no. Asimétrico también.

CS: Eso, si el coleccionista compraba. Si era por los artistas, no te dejaban.

GI: Igualmente, aunque tenés razón sobre el hecho de que no te dan opciones y que las deberían dar, también es cierto que la colección del museo no se puede formar a partir del criterio del artista. No porque no sea válido, sino porque tendría que haber una mirada curatorial que fundamente.

CS: Por eso digo que existe el abuso. El artista es el eslabón más débil de esta cadena. Se le pide a una generación relativamente joven, que todavía no está del todo segura, a la que se le puede demandar una obra. Andá a pedirle a León Ferrari que te done el “cristo”, no lo va a hacer. Ferrari dona un múltiple, una heliografía.

GI: Obra menor, en definitiva.

CS, MJ y EA: No menor, es un múltiple.

CS: Él dona, pero elije qué donar. Hay tantas capas en esto. Pero lo que retomo es el tema de la falsedad, la falta de documentación y trasparencia. Un museo estatal tiene que tener documentación de cada cosa que hace. Un museo no puede pedir donaciones masivas y decir que cada artista individualmente pidió donar su obra, hay algo mal ahí.

EA: Es algo turbio, como a espaldas de la comunidad artística.

CS: Además del hecho de que representas a los destacados de una década dependiendo de la donación de una pieza. Si no donás no fuiste parte de la escena de estos últimos diez años.

MJ: Mirá si la familia de Avello no donaba: él se quedaba afuera.

GI: Todos se refieren al museo como estructura legitimadora, por eso es bastante importante que el museo posea obra significativa, que posea la muestra característica de la producción de los artistas que están seleccionando.

MJ: Claro que es muy importante.

CS: Aún en un museo fantasma.

GI: A veces, como artista, uno pierde la perspectiva por ser parte activa del asunto y porque conoce realmente a todos los contemporáneos y su obra. Pero para el resto, la referencia es el museo.

MJ: Para mí un museo debe tener dos misiones: una es sobre su patrimonio, cómo lo conserva y lo acrecienta; y la otra es la de exponer tanto el patrimonio como otras obras. Da la sensación de que el MAMba solo expone obras eventualmente patrimoniables. De hecho, los relatos dicen que casi todos los que han expuesto ahí -hasta fuera de Últimas Tendencias-, han donado eventualmente las obras. Los mismos artistas o si no por intermedio de terceros. Las donaciones son una práctica habitual. Es más, te invitan a exponer para hacerte saber que les interesa esa obra para eventualmente tenerla, eso es lo que considero injusto en este caso, sobre todo por el título. Hay un comité de selección, el jurado: un artista, una historiadora y un miembro del mercado -porque también tiene que haber alguien calificando en términos económicos lo que el museo adquiere-; este consejo debiera ser más amplio y ocuparse de las ofertas de donaciones que el museo recibe y de las adquisiciones. Supongamos que en un mundo feliz tengamos un presupuesto mínimo, este debería estar destinado a comprarles a los artistas jóvenes.

GI: Hubo una época con un mínimo presupuesto destinado a comprar obra, adquirían en ArteBA. Fue, según Florencia Braga Menéndez, cuando Laura dijo: “Para qué vamos a comprar si los artistas me donan porque me deben favores”.

CS: Un museo que no puede gestionar un presupuesto no puede funcionar, mejor que se convierta en shopping. Debe gestionar el dinero con el Gobierno de la Ciudad y con los privados –tal y como hacen para hacer catálogos o lo que fuera en la actualidad-. No se sabe bien porqué pidieron esta donación masiva, con un acervo de 7000 obras y sin el museo listo para recibir ciento y pico más, no las pueden cuidar. ¿Por qué tiran una red para conseguir obras sin ningún tipo de investigación detrás? Sin conexión con la colección que ya tienen, ni justificando porqué quieren estas obras. El museo es de la Ciudad, de la gente, y el patrimonio no le pertenece a la Asociación de Amigos ni a Laura Buccellato. El patrimonio es historia y no se la pueden apropiar alegremente sin documentación ni estudios relacionados. Sin trasparencia y sin investigación. El texto curatorial dice no ser un texto curatorial en el primer renglón, todo es confuso.

MJ: El término "últimas tendencias" es antiguo y excluyente, igual que lo es la manera de trabajar de Laura, vos existís y vos no, eso era válido en 1995 porque era otro mundo. Después sucedió la insurrección del 2001, así que es un poco duro que se siga operando igual desde entonces, cuando los artistas en estos años trabajaron en espacios auto-gestionados. Todos los artistas abrieron espacios propios donde todo era colaborativo. Estos artistas gestores son los que ahora fueron seleccionados: Laguna con Belleza y Felicidad, Álvarez con el Basilisco, Avello también, que siempre invitaba a sus amigos a exponer con él, por ejemplo. En esos momentos cuando trabajaban, el museo estaba cerrado. Como resultado de la síntesis histórica: los artistas deben donar por un museo que no hizo nada por ellos.

GI: ¿El concepto de una "nueva tendencia" es obsoleto?

MJ: No se si obsoleto es la palabra, ya no se ven muestras actualmente que tengan este tipo de pretensión. La Documenta última no tiene título, no se animan a postular casi nada.

CS: Lo que siempre me quedó de mi experiencia como donante (Últimas Tendencias I) es esta sensación difusa, como de una contraprestación de servicios por bienes: el museo me legitima y yo dono. Como si estuviera comprando ese lugar. Y Una institución pública no puede estar en ese lugar.

MJ: Además porque lo disimula, porque si un espacio privado pide obras así, se arma un escándalo.

GI: ¿Cuándo sí y cuándo no? Hay una complacencia tan instaurada en los artistas con las instituciones que hace difícil divisar o politizar.

EA: No sé si es exactamente complacencia, porque como decía Magda hace un rato, muchos recibimos una carta que nos invitaba a participar en una exposición que se iba a llamar Últimas Tendencias. Dije genial, acepto, buenísimo. Unos días después, ya por teléfono: “Tenés que donar, te voy a  hacer una propuesta que no podes rechazar”. Ahí entonces se activa otra cosa. Cuando nos invitan a participar, nadie sabía quién más participaba; entonces también se esperaba, de algún modo, que tampoco estuviéramos en contacto. Éramos ciento y pico de personas que de repente en las muestras nos decíamos: ¿vos estás? ¿Y vos? Normalmente no te invitan a participar en una muestra sin decirte quiénes más participan. Acá nadie sabía, hasta hace tres o cuatro semanas atrás, cuando estalló la creciente intención de esclarecer lo que pasaba. Yo no sabía quién más estaba, ya había decidido no donar, pero tenía curiosidad. Era el tema en todas las inauguraciones desde hace seis meses.

CS: Se hablaba mucho, se habló en ArteBA, en la radio y Quijano hizo una nota en ese entonces. Incluso Grosman comentó que ellos hablaron con Laura sobre que había un malestar con el tema donaciones. Fueron un grupo de donantes quienes convocaron entonces a la asamblea, y se empezó a discutir en profundidad. Concurrí con otros artistas de generaciones anteriores que habíamos donado en el 2001 para contarles nuestro parecer y ahí quedamos.

GI: ¿Porqué antes sí y ahora no?

CS: Era otro momento del país, la crisis, en un gobierno que yo consideraba que creía en lo público y también pensé que era el momento de poner el hombro, como en definitiva siempre lo hacemos los artistas, produciendo toda la infraestructura de artes visuales en el país. A la asamblea fui a hacer un mea culpa, por este borde confuso/difuso entre prestación/legitimidad del museo por obra donada, siempre me sentí culpable porque me sedujo la idea de donar para sentirme legitimada, aunque en simultáneo tuviera la sensación de que estaba pagando por estarlo. Igualmente a mí no me invitaron con el doble discurso de una muestra, me invitaron directamente a donar.

MJ: Por eso es que no es una posición de no colaboración, siempre hemos colaborado. Pero lo bueno de donar es que no te ofrezcan nada a cambio. Como dice Cristina, cuando por teléfono me dicen que la modalidad de la exposición es con donación de la obra sentí que, si bien lo que más deseaba en el mundo era exponer e ingresar en el Museo de Arte Moderno, así era deshonroso, me avergonzó el modo. Gente trucha me pidió obra a cambio de algo. Nunca recibí una invitación a exponer que en simultáneo se revelara como un pedido de donación.

GI: No está muy claro si hay leyes activas o no al respecto, la ley de museos por ahora está ausente. Sin embargo, hay una vaga ordenanza del ‘83 que estipula un par de cosas en cuatro artículos.

CS: Está claro: pueden recibir donaciones pero no pueden pedirlas.

CS: Es el único museo importante que tenemos en el Gobierno de la Ciudad, moderno con visos de contemporáneo. Eso es difuso, tampoco está definido, nunca nadie se encargó de definir la institución. Un museo no puede ser una persona, tampoco una Asociación de Amigos, tiene que ser un equipo de gente idónea.

MJ: ¿Si uno se pone en el lugar de dirigir un museo sin presupuesto que haría? -Fantaseando-: ella cargó sobre los artistas su falta de presupuesto, en vez de organizar una protesta o una súper muestra de arte contemporáneo que manifestara que no hay presupuesto, o que la donación fuera voluntaria desde un principio. Es importante que nos digan por qué creen que deberíamos estar en el patrimonio, que no tienen presupuesto pero que harán esto y aquello. No privilegiaron la calidad del evento cultural de exponer la obra, porque si no podíamos exponer la obra que seleccionaron, nos preguntaban "¿Cuál otra tenés?"

GI: Por esta razón es que hay artistas mal representados en la muestra.

MJ: Que ingresen al patrimonio 120 obras en simultáneo parece hablar de un legado, una herencia, la obra que quieren dejar para mostrar que se hicieron cosas, pero todo de golpe. Cantidad más que calidad.

CS: Es como una conquista personal, más que legado pensado para la comunidad.

GI: No hubo un llamado público, invitando a artistas a postularse. ¿Tienen claro como fue el proceso de selección?

EA: Se supone que propone tanto la directora como el jurado de selección. Ahora bien, yo no veo nada malo con donar, pero la donación masiva y en esta forma es algo extraña.

CS: El pedido de donación.

EA: Claro, yo digo que no está mal donar porque cuando el MACRO empezó con la política de donaciones paulatinas –creo que no han cesado-, las hizo a través de un intercambio simbólico, y hacen una carta donde te explican que no tienen presupuesto pero que quieren tu obra para el museo y te cuentan lo que piensan hacer con la colección: invitar a curadores, difundirla y rotarla. ¿Cómo no donar si rinden cuentas de cosas que a la vez son comprobables?

MJ: Además ¿cuántas veces ya habías expuesto en el MACRO cuando te pidieron la donación? Yo varias veces.

EA y CS: Yo también.

GI: Esto resume esa política de adquirir una vez que se investigó al artista de una manera concreta -está claro que el MACRO es un museo contemporáneo y el MAMba no- y reconocer el valor del trabajo del artista, sea tanto hablando de promover la carrera como de pagar un monto simbólico.

EA: Imaginate cuánto ayuda a la fuente de trabajo de los artistas que desde una de las instituciones más importante de la Argentina digan que tu trabajo vale cero y se publique.

CS: Encima nos hacen sentir todo el tiempo que tenemos que agradecer a Laura, a la Asociación de Amigos -al grupo de poder- el estar en nuestro museo. En la inauguración llegaron a decirle a un artista que tendría que besar el piso por estar. Nosotros no valemos, ellos nos hacen valer. Por mi edad conozco el medio y a Laura hace mucho, sé que éste es un pensamiento de desvalorización y manipulación constante. Lo que le dijo a Florencia lo estoy escuchando casi como si me lo dijera en el oído: “¿Porque vamos a gastar en los artistas si me deben favores?”. Es un clásico. Pero se olvida que trabaja en un museo público. E hizo de este museo un feudo. El MAMba no le pertenece a ella ni a la Asociación de Amigos.

CS: Hace quince años que es directora del museo y logró desaparecerlo, cerrarlo con la pretensión de refaccionarlo contando sólo con los bocetos de un arquitecto -no con los planos y presupuestos cerrados - ¿cómo es posible que esa gestión sea inteligente? Ella consiguió que el museo se cerrara, y no fue ella quien consiguió que abra nuevamente.

MJ: Siempre objeté que no haya habido un concurso para la remodelación.

CS: Es que no es un museo público a los ojos de quienes lo manejan.

GI: Por eso es que faltan tantos artistas geniales que no tienen obra comercial, que están fuera de los circuitos de venta, el museo articula sólo con artistas exitosos comercialmente. Quedaron afuera muchos.

EA: Porque el museo no investigó, hay miles de artistas que son muy buenos, que los conocemos todos y no quiero nombrar a unos pocos para no ser igual de injusto.

CS: Cualquier selección es siempre un recorte, nunca es un panorama real, eso es injusto. Pero aquí la injusticia es mayor al mezclarse con el canje que significa donar-participar. Esta manera de atrapar cientos de artistas en una red la asocio más a un coleccionismo pequeño que quiere un poquito de cada cosa que brilla en el momento.

MJ: Que los coleccionistas hagan lo que quieran, hablamos del museo.

CS: Claro, es que es la misma mentalidad, eso digo.

GI: Es un síndrome capitalista el que se manifiesta.

MJ: Yo le critico a la dirección del museo que perdió el rumbo en su misión: estudiar y presentar a la comunidad los hechos artísticos que suceden. Se presentó algo de buena calidad, pero es lo mismo que se puede ver en colecciones privadas o en ArteBA a la venta. No hay planificación curatorial. El número de artistas habla de pasteurización, ya 30 o 40 es mucho.

GI: Además no es posible aproximarse a la obra de un artista solo con una obra, entendiendo el cuerpo de la producción se cala más hondo, con una obra sola no podés educar. Esto se relaciona con eso que hablamos antes, de lo que el coleccionismo fácil hace al coleccionar figuritas de moda, una de cada.

CS: Nuestra donación (Nuevas tendencias I) no se vio nunca más, cayó en el depósito y quién sabe, nunca más pasó nada, ni en el bar de la esquina la mostraron.

MJ: Bueno, el museo estuvo cerrado.

CS: Sí, pero como vos decís, si Fernanda Laguna pudo armar Belleza y Felicidad en ese entonces, ¿qué le impedía a la directora del museo gestionar espacios alternativos donde seguir con la actividad? En el San Martín por ejemplo, el noveno piso. Lo reprochable es la falta de interés por la gestión en el museo.

GI: ¿Cómo articula el reclamo colectivo de todos los Artistas Organizados, incluyendo donantes y no donantes, de que está sirviendo esto?

CS: Todos estuvimos juntos redactando y pensando la situación, si bien tenemos diferencias ideológicas entre todos. Esto que pasa es una bisagra; porque recién sale a la luz este tema, después de tantos años que se sabe y no se dice, y lo hace como un malestar por algo que no cierra. A mí personalmente me sirvió muchísimo el poder hablarlo, debatirlo. Ahí entendí claramente que es un abuso y una mala actuación de un funcionario público. Hay responsabilidad en varios frentes, el Gobierno de la Ciudad es responsable de no dar presupuesto a las artes visuales, en general, pero la dirección del museo tiene que hacerse cargo de su malísima gestión y del fraude en los manejos internos.

MJ: Con la asamblea hay que lograr que las obras cobren de nuevo el protagonismo, estas acciones opacaron la muestra, porque los artistas que donaron quedaron como obedientes, y no es así. Como dice Cristina, si necesitás legitimación y te la ofrecen, y justo una institución muy fuerte, ¿cómo no donar? Yo entiendo las posiciones del resto de los artistas involucrados. Jóvenes o no. Yo en otro momento de mi vida hubiera aceptado.

CS: Y donar a lo público pesa, así que es un golpe bajo.








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Tapa
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La directora en su laberinto
Entrevista a Laura Buccellato
por M.S.Dansey
     
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La tertulia de los No
C. Schiavi, M. Jitrik y E. Álvarez en diálogo
por Guido Ignatti
     
Gestos, mentiras y museo
Preguntas a los AO y reflexiones sobre el affaire Mamba
por Mariano Soto
     
Quilombo Registrado
Sobre lo dicho en medios y redes sociales
por Dany Barreto
     
Bienvenidos al boliche
¿Omertá?
por Juan Batalla
     
Arte sin-ética en el Mamba
Una tibia reacción
por Teo Wainfred
     
Donar o no donar, ¿esa es la cuestión?
Nuevos paradigmas para el museo
por Laura Isola
     
El Mamba y su patrimonio, también
En el centro del debate
por Adriana Lauría
     
Bordatón de Chiachio y Giannone
Sobre la muestra en Ruth Benzacar
por Ariel Schettini
     
Prefiero lo controvertido a lo controversial
Texto reactivo en respuesta a Guido Ignatti
por Lux Lindner
     
Dr. Selva & Kid Yarará
“COME4” – Cómic
por Charlie Goz y Damián Gec
     
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